El libro de los secretos eternos


Había una vez en un lejano pueblo, un niño llamado Tomás. Tomás era un chico curioso que siempre quería saber más sobre el mundo que lo rodeaba.

Un día, mientras paseaba por el bosque cercano a su casa, encontró un viejo libro mágico. El libro tenía en su portada la inscripción "El secreto de la sabiduría". Tomás abrió el libro y comenzó a leer las palabras encantadas que estaban escritas en sus páginas.

De repente, una luz brillante lo envolvió y lo transportó a un lugar desconocido. "¿Dónde estoy?", se preguntó Tomás asombrado por la magia que acababa de experimentar. De entre los árboles salió una hada bondadosa que le dijo:"Bienvenido, Tomás.

Has sido elegido para descubrir los secretos de este mágico mundo. "Tomás estaba emocionado y ansioso por explorar cada rincón de aquel lugar lleno de maravillas.

La hada le explicó que debía superar tres desafíos para demostrar su valentía y sabiduría. El primer desafío consistía en encontrar la llave dorada que abriría la puerta al jardín encantado. Tomás buscó entre los arbustos y finalmente encontró la llave detrás de una rosa roja brillante.

Con la llave en mano, abrió la puerta del jardín y se encontró con criaturas mágicas bailando al ritmo de una melodía celestial. El segundo desafío era resolver el acertijo del guardián del tiempo para poder avanzar hacia el siguiente nivel de sabiduría.

El guardián le dijo:"En cada amanecer y atardecer me verás pasar, soy fugaz como el viento pero siempre estoy allí. ¿Quién soy?"Tomás pensó por un momento y respondió: "Eres el tiempo".

El guardián sonrió y dejó pasar a Tomás hacia el último desafío. Para completar su misión, debía plantar una semilla especial en lo alto de la montaña más alta del reino mágico. Con esfuerzo y determinación, escaló la montaña enfrentando obstáculos hasta llegar a la cima.

Al plantar la semilla, toda la tierra tembló y se abrió paso una gigantesca flor llena de luz y color. La hada apareció nuevamente ante él y dijo:"Has demostrado ser digno de recibir el don de la sabiduría eterna.

Ahora podrás llevar contigo todo lo aprendido en esta aventura. "Tomás regresó a su pueblo con un brillo especial en sus ojos, listo para compartir las enseñanzas adquiridas con todos los habitantes.

Desde ese día, Tomás se convirtió en símbolo de valentía, sabiduría e inspiración para todos los niños del pueblo que soñaban con alcanzar grandes metas como él lo hizo.

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