El libro de los sueños danzantes
Había una vez una niña llamada Milagros, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Desde muy pequeña, Milagros descubrió su pasión por el baile y especialmente por las danzas folclóricas.
Cada vez que escuchaba la música tradicional de su región, sus pies no podían evitar moverse al ritmo de la melodía. Un día, mientras exploraba el bosque cerca de su casa, Milagros encontró un antiguo libro sobre danzas folclóricas escondido entre las ramas de un árbol.
Sin pensarlo dos veces, lo tomó en sus manos y comenzó a leer cada página con entusiasmo. El libro estaba lleno de hermosos dibujos y descripciones detalladas de diferentes danzas.
Impulsada por la emoción, Milagros decidió practicar todas las danzas del libro en el monte donde nadie pudiera verla. Cada tarde se adentraba en lo profundo del bosque y bailaba con gracia y alegría al compás de la música imaginaria que sonaba en su mente.
Un día mientras practicaba una nueva coreografía, Milagros escuchó risas provenientes detrás de unos arbustos. Se asustó al principio, pero luego se dio cuenta de que eran risas amigables.
Con curiosidad se acercó sigilosamente hacia los arbustos para averiguar quiénes estaban allí. Para su sorpresa, encontró a tres niños: Juanito, Valentina y Lucas. Eran vecinos del pueblo y también compartían su amor por el baile folclórico.
Los tres habían estado buscando a alguien con quien compartir su pasión y cuando escucharon los pasos de Milagros, supieron que habían encontrado a la persona perfecta. Después de presentarse, decidieron formar un grupo de baile folclórico y practicar juntos en el monte todos los días.
Milagros estaba encantada de haber encontrado amigos con quienes compartir su amor por la danza. Juntos, ensayaban nuevas coreografías, inventaban pasos divertidos y se ayudaban mutuamente a mejorar sus habilidades.
Con el tiempo, el grupo comenzó a recibir invitaciones para presentarse en diferentes eventos del pueblo. El talento y la pasión que desbordaba de cada uno de ellos cautivaba al público y llenaba sus corazones de alegría. Un día recibieron una invitación especial para participar en un festival nacional de danzas folclóricas.
Estaban emocionados pero también preocupados, ya que necesitaban conseguir trajes tradicionales y aprender nuevas coreografías en poco tiempo. Decidieron pedir ayuda a Don Andrés, un anciano sabio del pueblo conocido por su experiencia en las danzas folclóricas.
Él aceptó gustoso enseñarles todo lo que sabía y les prestó hermosos trajes hechos a mano para lucir durante la presentación.
El día del festival finalmente llegó y Milagros, Juanito, Valentina y Lucas se encontraron frente al escenario listos para bailar como nunca antes lo habían hecho. El público estaba expectante mientras ellos comenzaron a moverse al ritmo frenético de la música. Cada paso era ejecutado con gracia y precisión; cada sonrisa radiante iluminaba el escenario.
El público no pudo evitar levantarse de sus asientos y aplaudir con entusiasmo al final de su presentación. Milagros, Juanito, Valentina y Lucas se miraron entre sí con lágrimas en los ojos, sabiendo que habían logrado algo increíble juntos.
Ese día entendieron que cuando sigues tu pasión y te rodeas de personas que comparten tus sueños, cualquier cosa es posible.
Y así, Milagros y sus amigos continuaron bailando danzas folclóricas en el monte, inspirando a otros niños del pueblo a seguir sus propios sueños. Su amor por la danza los unió para siempre y demostraron que el arte puede florecer incluso en los lugares más inesperados.
FIN.