El libro del parque


Había una vez una niña llamada Ariela que era muy curiosa, inteligente y divertida. Desde pequeña le gustaba aprender cosas nuevas y siempre estaba haciendo preguntas a sus padres y maestros.

Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, vio un libro abandonado en el suelo. Lo recogió y lo abrió para ver de qué se trataba. Era un libro de ciencia con muchas imágenes interesantes.

Ariela se quedó fascinada con las imágenes y decidió leerlo completo. Descubrió cosas increíbles sobre el universo, los animales, la naturaleza y mucho más. No podía creer todo lo que había por descubrir en este mundo.

"¡Miren chicos! ¡Encontré este libro de ciencias! Tiene mucha información interesante", dijo Ariela emocionada a sus amigos. "Eso es aburrido", respondió uno de ellos sin interés. Pero Ariela no se dejó desanimar por la falta de entusiasmo de sus amigos.

Sabía que ella quería seguir aprendiendo más sobre el mundo que la rodeaba. Así que comenzó a investigar aún más sobre diferentes temas científicos: cómo funcionan las plantas, cómo se forman los volcanes, cómo funciona nuestro cuerpo humano... Cada día aprendía algo nuevo e interesante.

Un día, durante una excursión escolar al zoológico, Ariela tuvo la oportunidad de conocer al veterinario del lugar. Le hizo tantas preguntas sobre los animales que el veterinario quedó impresionado por su curiosidad e interés.

"¿Te gustaría ser veterinaria cuando seas grande?", le preguntó el veterinario sonriendo. "¡Sí! Me encantaría", respondió Ariela emocionada. A partir de ese día, Ariela se dedicó a estudiar todo sobre los animales y la medicina veterinaria.

Se convirtió en una experta en el tema y nunca dejó de aprender cosas nuevas. Con el tiempo, se graduó como veterinaria y abrió su propia clínica para ayudar a los animales necesitados.

Sus amigos y familiares estaban muy orgullosos de ella por todo lo que había logrado gracias a su curiosidad e inteligencia. La historia de Ariela nos enseña que nunca debemos dejar de aprender cosas nuevas y seguir nuestros sueños, aunque otros no compartan nuestra pasión.

La curiosidad es una gran virtud que puede llevarnos lejos en la vida.

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