El Libro Encantado
Había una vez una niña llamada Vivía que vivía en la hermosa ciudad de Comitán De Domínguez, junto a su mamá y sus queridos abuelitos. Cada día, la familia disfrutaba de momentos llenos de alegría y amor.
Sin embargo, un día la mamá de Vivía tomó una difícil decisión. Decidió irse del país para buscar mejores oportunidades y darle lo mejor a sus hijos.
Era un acto lleno de amor y sacrificio, pero eso no hacía que fuera más fácil para los niños entenderlo. Vivía, junto con sus dos hermanas y su hermanito, se quedaron bajo el cuidado amoroso de sus abuelitos.
Los días pasaban y aunque los abuelitos hacían todo lo posible por mantenerlos felices, los niños extrañaban mucho a su mamá. Se sentían tristes y solos. Un día, mientras Vivía caminaba por el parque con sus abuelitos, encontró un libro mágico en un banco.
Sin pensarlo dos veces, lo recogió emocionada y corrió hacia sus abuelitos para mostrarles su hallazgo. Los abuelitos miraron el libro con curiosidad y decidieron leerlo juntos antes de dormir esa noche.
Para sorpresa de todos, aquel libro tenía poderes especiales: cada vez que leían una historia inspiradora o educativa en voz alta antes de dormir, algo mágico sucedía. La primera noche decidieron leer "El viaje del valiente conejito", donde un pequeño conejo supera todos los obstáculos para alcanzar su sueño.
Después de terminar la historia, Vivía cerró el libro con cuidado y se acostó en su cama. Al despertar al día siguiente, Vivía notó algo extraño.
¡Su habitación estaba llena de dibujos de conejitos valientes! Los abuelitos entraron emocionados y les explicaron que el libro mágico había hecho realidad la historia que habían leído. A partir de ese momento, todos los días antes de dormir, Vivía y sus abuelitos elegían una nueva historia del libro mágico.
Leyeron sobre princesas valientes, piratas aventureros y animales que ayudaban a otros en apuros. Con cada historia leída, la magia del libro se hacía más fuerte. Los niños comenzaron a sentirse más inspirados y motivados para enfrentar las dificultades diarias sin perder la esperanza.
Vivía también aprendió una valiosa lección: aunque extrañaba mucho a su mamá, sabía que ella estaba haciendo lo mejor para ellos. Comprendió que el amor de su mamá no tenía fronteras y siempre estaría presente en sus corazones.
Con el tiempo, los hermanos de Vivía fueron creciendo y demostrando todo lo aprendido gracias al poder del libro mágico. Cada uno encontró su pasión y logró cumplir sus sueños con esfuerzo y perseverancia.
Y así fue como Vivía descubrió que incluso en los momentos difíciles se pueden encontrar historias llenas de magia e inspiración. Aprendió a valorar el amor incondicional de su mamá desde la distancia, mientras disfrutaba del cariño eterno de sus abuelitos.
Desde aquel día en adelante, Vivía supo que cualquier obstáculo podía superarse con determinación y confianza en sí misma. Y, gracias al libro mágico, siempre tuvo historias llenas de enseñanzas y aventuras para seguir inspirándola en su camino hacia un futuro brillante.
FIN.