El libro encantado de la biblioteca



Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Villalegre, una biblioteca mágica que llevaba años cerrada. Los habitantes del lugar contaban historias sobre un libro encantado que, si se abría, podría conceder un deseo a quien lo leyera. Pero nadie había logrado entrar a la biblioteca por el miedo a lo desconocido.

Un día, una niña llamada Lucía, conocida por su curiosidad y amor por los libros, decidió que iba a descubrir qué había dentro de esa biblioteca. Con su mochila llena de galletitas y un cuaderno, se dirigió hacia el misterioso lugar.

Al llegar, notó que la puerta estaba entreabierta. "¿Hola?"- preguntó con voz temblorosa. No obtuvo respuesta. Así que, valiente como era, empujó la puerta y entró. El interior era como de un cuento: estantes repletos de libros, estatuas de mármol y una luz suave que iluminaba el lugar.

De repente, una voz suave resonó en la biblioteca. "Bienvenida, Lucía. He estado esperándote"- dijo un libro, volando desde la estantería. Era un libro enorme, con una portada dorada y páginas que brillaban con un fulgor especial.

Lucía, asombrada, exclamó: "¿Tú hablas?"-

El libro sonrió y continuó. "Soy el libro encantado. Si me abres, podrás pedir un deseo, pero recuerda, debe ser un deseo puro"-.

La niña se quedó pensando. Siempre había querido tener la habilidad de ayudar a sus amigos y a su comunidad, ya quenotaba que las cosas no iban tan bien en su pueblo. "Quiero poder hacer felices a los demás"- dijo finalmente.

"Esa es una elección noble"- respondió el libro. "Por favor, abre la página 32"-. Lucía obedece y, de repente, una ráfaga de brisa mágica la envuelve.

Cuando la magia se disipa, se da cuenta de que tiene la capacidad de hacer pequeñas cosas que alegran a las personas: podía sembrar flores donde antes no había, reparar juguetes rotos y organizar juegos en el parque del barrio. Con cada acción, el pueblo de Villalegre comenzaba a florecer de nuevo.

Sin embargo, con tanto poder, Lucía comenzó a depender de sus nuevas habilidades. Un día, se encontró con un grupo de niños que, queriendo jugar, gritaron: "¿Lucía, podés hacernos todo?"-

Ella sintió la presión y, en vez de usar su don para fomentar la creatividad y la colaboración, les dijo: "¡Claro!"- y así hizo todo lo que ellos pedían.

Pronto los niños se volvieron perezosos y poco a poco la alegría en el pueblo se desvaneció, ya que no estaban haciendo nada por sí mismos. Lucía, viendo que su deseo, aunque inicialmente era bueno, había traído consecuencias no deseadas, decidió volver a la biblioteca.

Al llegar, se encontró con el libro que había tenido la culpa. "Volví porque creo que cambié la felicidad de todos, pero no de la forma correcta. ¿Qué debo hacer?"- le preguntó angustiada.

"La felicidad se construye con esfuerzo, no se da. ¿Ves? Hiciste que los niños se olvidaran de jugar y divertirse por sí mismos"- contestó el libro.

Lucía reflexionó y comprendió que, aunque tenía una habilidad especial, el poder verdadero estaba en motivar a otros a ser creativos y encontrar soluciones juntos. "Quiero volver a intentar. No quiero que me vean como una solucionadora mágica, sino como alguien que inspira"- dijo con determinación.

"Perfecto. Abre la página 15"- le respondió el libro.

Al hacerlo, la magia comenzó a volar de nuevo, pero esta vez, Lucía entendió que debía invitar a todos a colaborar, a soñar, a crear juntos. Regresó al pueblo y organizó una fiesta donde todos podían compartir sus ideas. Al final, descubrían juntos formas de ayudar a otros y volver a disfrutar de la vida en comunidad.

Y así, Villalegre se convirtió en un lugar donde todos, incluyendo Lucía, aprendieron que la verdadera magia reside en la amistad, la colaboración y en hacer felices a los demás a través de acciones conjuntas. La biblioteca, con su libro encantado, siguió esperando a que otro soñador llegara, dispuesto a aprender la lección de la felicidad compartida.

Y así, la magia de la biblioteca nunca se detuvo, porque el mejor deseo de todos era el que aportaba alegría y unión. Y desde aquel día, Lucía se convirtió en la guardiana de la biblioteca, recibiendo a todos los niños del pueblo para que sus sueños, también, fueran parte de las páginas de ese libro encantado.

FIN.

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