El libro estelar


Había una vez una niña llamada Sofía que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Desde muy pequeña, Sofía siempre se mostraba emocionada y fascinada por el sol y las estrellas.

Cada noche, se acostaba en su cama mirando por la ventana y soñando con viajar al espacio para conocer de cerca esos astros brillantes. Un día, mientras caminaba por el parque del pueblo, Sofía encontró a un hombre mayor sentado en un banco.

El hombre tenía una larga barba blanca y llevaba puesto un sombrero con estampados de estrellas. Sofía decidió acercarse y saludarlo. "¡Hola! ¿Cómo te llamas?"- preguntó curiosa la niña. El hombre sonrió amablemente y respondió: "Me llamo Don Estrella".

Sofía quedó sorprendida al escuchar ese nombre tan mágico y le contó a Don Estrella sobre su amor por el sol y las estrellas. Don Estrella escuchó atentamente a Sofía y le dijo: "Mi querida niña, tengo algo especial para ti".

Sacó de su bolsillo un pequeño libro lleno de dibujos hermosos de planetas, constelaciones e incluso astronautas. "Este es mi libro mágico", explicó Don Estrella. "Con él podrás aprender todo sobre el universo".

Sofía abrió el libro emocionada e inmediatamente comenzó a descubrir nuevos mundos llenos de maravillas cósmicas. A partir de ese momento, cada noche antes de dormir, Sofía sumergió su mente en los conocimientos del libro mágico. Pero un día, el libro mágico desapareció.

Sofía buscó por todas partes, pero no logró encontrarlo. Estaba triste y desanimada, pensando que nunca más podría aprender sobre el universo.

Sin embargo, en ese momento, un grupo de niños del pueblo se acercó a Sofía y le preguntaron qué le pasaba. Ella les explicó lo sucedido y los niños decidieron ayudarla a buscar el libro. Juntos recorrieron cada rincón del parque y pidieron ayuda a todos los vecinos.

La noticia se extendió rápidamente y pronto todo el pueblo estaba involucrado en la búsqueda del libro mágico de Sofía. Después de varios días de búsqueda intensa, finalmente encontraron el libro escondido entre las ramas de un árbol alto.

Todos celebraron con alegría mientras Sofía abrazaba su tesoro recuperado. Agradecida con sus amigos y vecinos por su apoyo incondicional, Sofía decidió compartir su conocimiento sobre el universo con ellos.

Organizó una pequeña conferencia en la plaza del pueblo donde habló sobre las maravillas del sol y las estrellas. Desde ese día, todos los habitantes del pueblo comenzaron a mirar al cielo con nuevos ojos. Se emocionaban al ver una estrella fugaz o al observar cómo el sol pintaba hermosos colores en el atardecer.

Sofía se convirtió en una gran maestra para todos, enseñándoles que siempre hay sorpresas maravillosas esperando ser descubiertas si uno tiene la valentía de soñar y la determinación para perseguir esos sueños.

Y así fue como esa niña emocionada con el sol y las estrellas, junto con la ayuda de su comunidad, logró convertir su pasión en una inspiración para todos.

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