El Libro Mágico



Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, cuatro niños y cinco niñas que asistían al jardín de infantes. Siempre jugaban juntos y eran los mejores amigos del mundo.

Un día, mientras exploraban el bosque cercano a su escuela, encontraron un viejo libro mágico que les permitiría vivir una aventura inolvidable como princesas y caballeros. Al abrir el libro, una brillante luz salió de sus páginas y envolvió a los niños.

Cuando la luz desapareció, se dieron cuenta de que habían sido transportados a un reino lejano lleno de castillos y magia. Pero había un problema: cada uno de ellos se había convertido en lo opuesto a lo que eran antes.

Los cuatro niños ahora eran princesas con hermosos vestidos y coronas relucientes, mientras que las cinco niñas se habían transformado en valientes caballeros con armaduras brillantes.

Confundidos pero emocionados por su nueva apariencia, decidieron explorar el reino para encontrar una manera de volver a ser ellos mismos. Durante su viaje, se encontraron con diferentes desafíos que debían superar trabajando juntos. En su primera prueba, tuvieron que cruzar un río peligroso sin puente.

El más pequeño del grupo era Martín, quien ahora era la Princesa Mariana. Ella tenía miedo de cruzar el río porque no sabía nadar muy bien. Sin embargo, sus amigos estuvieron allí para apoyarla. "No te preocupes Mariana", dijo Sofía convertida en Caballero Santiago-.

"Estamos aquí contigo. Te ayudaremos a cruzar el río de manera segura". Con la ayuda de sus amigos, Mariana superó su miedo y cruzaron el río todos juntos.

En su siguiente desafío, se encontraron con un dragón feroz que bloqueaba el camino hacia el castillo donde creían que podrían encontrar una solución para volver a casa. El valiente Caballero Martín no tuvo miedo y decidió enfrentarse al dragón.

"¡No te acerques demasiado, Martín!", gritó Valentina convertida en Princesa Violeta-. "El dragón es peligroso". Pero antes de que pudiera hacer algo, la Princesa Catalina tuvo una brillante idea.

Recordó que en uno de los libros del jardín de infantes habían aprendido sobre cómo calmar a los animales feroces. "¡Esperen! ¡Creo que sé lo que debemos hacer!", exclamó Catalina convertida en Caballera Camila-. "Si cantamos una canción tranquila y bailamos suavemente, tal vez podamos calmar al dragón".

Todos siguieron el consejo de Camila y comenzaron a cantar y bailar frente al dragón. Para sorpresa de todos, el dragón se calmó y permitió que pasaran sin causarles ningún daño. Finalmente, llegaron al castillo donde encontraron un hechicero sabio llamado Don Ignacio.

Les explicó que la única forma de volver a ser ellos mismos era aprender lecciones importantes sobre la amistad y los valores. "Han demostrado ser verdaderos amigos durante esta aventura", les dijo Don Ignacio-.

"Han trabajado juntos para superar sus miedos y ayudarse mutuamente. Esa es la verdadera magia". Los niños y niñas entendieron el mensaje del hechicero y prometieron llevar esos valores a sus vidas cotidianas.

Al hacerlo, una vez más fueron envueltos por la luz mágica del libro y regresaron a Villa Feliz. Desde ese día en adelante, los cuatro niños y cinco niñas se convirtieron en un equipo inseparable.

Aprendieron que no importa cómo nos veamos o qué roles tengamos, lo importante es el amor y la amistad que compartimos. Y así, vivieron felices para siempre, recordando su aventura como princesas y caballeros con cariño en sus corazones.

FIN.

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