El libro mágico de Abril


Abril se despertó temprano en su cumpleaños número ocho, emocionada por lo que el día le deparaba.

Se levantó de su cama y miró a su alrededor: la habitación estaba vacía, con apenas un colchón viejo en el suelo y una mesa pequeña cerca de la ventana. Sabía que no habría regalos ni fiestas ese día, pero aún así se sentía feliz porque estaba rodeada del amor de su familia.

Se puso un vestido rojo desgastado que había sido pasado de hermana en hermana y salió corriendo hacia la cocina. Su mamá estaba allí preparando el desayuno, pero parecía preocupada. "¿Qué pasa mamá?", preguntó Abril.

"Lo siento cariño, no tenemos nada especial para tu cumpleaños", respondió su madre con tristeza en los ojos. Pero Abril sonrió y dijo: "No importa mamá, mientras estemos juntos eso es suficiente".

Esa tarde, mientras jugaba afuera con sus amigos del barrio, vio a un hombre mayor caminando por la calle cargando una caja llena de libros. Se acercó curiosa y le preguntó qué hacía. "Soy Don Santiago", dijo el hombre amablemente. "Estoy llevando estos libros a una escuela cercana para donarlos".

Abril miró los libros con asombro; nunca había visto tantos juntos antes. Don Santiago pareció notar su interés y le ofreció uno para ella. "No puedo aceptarlo gratis", dijo Abril tímidamente. Don Santiago sonrió y respondió: "No te preocupes mi niña, es un regalo de cumpleaños".

Abril abrazó al hombre con agradecimiento y corrió a casa para mostrarle el libro a su familia. Era un libro de cuentos ilustrados que Abril devoró en una sola tarde.

A partir de ese día, Don Santiago se convirtió en un visitante regular del barrio, trayendo libros y juegos educativos para los niños. Abril se enamoró de la lectura y pronto comenzó a pedir prestados más libros de la biblioteca local.

Con el tiempo, Abril se convirtió en una excelente estudiante y su pasión por la lectura nunca disminuyó. A medida que crecía, también comenzaba a ser consciente de las dificultades económicas que enfrentaba su familia y decidió hacer algo al respecto.

Comenzó a vender sus dibujos y manualidades en línea, utilizando el dinero para ayudar a pagar algunas facturas. También habló con Don Santiago sobre cómo podría ayudar más en su comunidad.

Juntos organizaron eventos benéficos como rifas y ventas de garaje para recaudar fondos para los necesitados del barrio. Y gracias al amor por la lectura sembrado por Don Santiago, fundaron una pequeña biblioteca comunitaria donde los niños podían acceder gratuitamente a cientos de libros.

Hoy en día, Abril es una adulta exitosa que ha logrado superar las dificultades gracias al amor por su familia y comunidad. Siempre recuerda aquel cumpleaños especial cuando recibió un libro como regalo inesperado que cambió su vida para siempre.

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