El libro mágico de Debora
Había una vez una niña llamada Debora, quien siempre estaba feliz, sonriente, amable y educada. Vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques encantados.
Debora era conocida por su alegría contagiosa y su actitud positiva hacia la vida. Un día, mientras jugaba en el parque del pueblo, Debora encontró un libro mágico escondido debajo de un viejo árbol. El libro tenía poderes especiales que podían conceder deseos a quien lo poseyera.
Sin embargo, este libro solo funcionaba si el deseo era para el bienestar de los demás. Debora decidió usar el libro mágico para ayudar a las personas en su comunidad.
Su primer deseo fue construir un hermoso jardín para los ancianos del asilo local. Al instante, flores de colores brillantes comenzaron a crecer alrededor del asilo, llenando el lugar con fragancias dulces y hermosas vistas.
Los ancianos se sintieron tan felices al ver aquel jardín que no pudieron evitar emocionarse hasta las lágrimas. Debora se sentía muy orgullosa de haberles brindado esa alegría y decidió visitarlos todos los días para pasar tiempo con ellos. Un día, mientras jugaba en el parque nuevamente, Debora escuchó llorar a alguien cerca del lago.
Se acercó cautelosamente y vio a un patito solitario atrapado entre unos arbustos espinosos. Debora sabía que tenía que hacer algo para ayudarlo y recordó el poderoso libro mágico. Decidió usar otro deseo para salvar al patito.
Al instante, el libro se iluminó y los arbustos espinosos se convirtieron en hojas suaves y acogedoras. El patito salió saltando de alegría y agradecimiento, nadando felizmente en el lago.
Debora estaba extasiada de felicidad al verlo libre y decidió visitar al patito todos los días para alimentarlo con miguitas de pan. Un día, mientras caminaba por el bosque encantado, Debora escuchó un ruido extraño proveniente de un árbol.
Se acercó sigilosamente y descubrió a una pequeña ardilla atrapada en una telaraña gigante. Debora sabía que tenía que hacer algo rápido antes de que la ardilla sufriera algún daño. Usó su último deseo del libro mágico para liberarla.
Al instante, la telaraña desapareció y la ardilla saltó hacia Debora como muestra de gratitud. Desde ese día, la ardilla se convirtió en su mejor amiga y juntas exploraban el bosque encantado, ayudándose mutuamente a superar cualquier obstáculo que encontraran en el camino.
La historia de Debora se extendió por todo el pueblo y todos admiraban su generosidad y amabilidad. Debido a sus acciones valientes y altruistas, las personas comenzaron a seguir su ejemplo e hicieron del pueblo un lugar aún más hermoso.
Debora aprendió que siempre hay oportunidades para ayudar a los demás y que incluso las acciones más pequeñas pueden tener un gran impacto en la vida de las personas.
Su actitud positiva no solo inspiraba a los demás, sino que también la hacía sentirse feliz y realizada. Y así, Debora continuó viviendo su vida llena de alegría, sonrisas y bondad, siempre dispuesta a ayudar a quienes lo necesitaran.
Su historia se convirtió en un legado inspirador para las futuras generaciones del pueblo, recordándoles que el verdadero poder radica en hacer el bien y ser amable con los demás.
FIN.