El libro mágico de Jane
Había una vez una niña llamada Jane, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de bosques. Un día, mientras exploraba el bosque con sus amigos, se encontraron con una antigua casa abandonada.
- ¡Miren esa casa! Parece tan misteriosa y espeluznante -dijo Jane emocionada. Sus amigos miraron la casa con curiosidad y decidieron entrar para investigar. Al cruzar la puerta, sintieron un escalofrío recorrer sus cuerpos.
La casa estaba llena de polvo y telarañas, y un olor extraño llenaba el aire. - ¿Creen que esta casa esté encantada? -preguntó uno de los amigos temblando de miedo. - No lo sé, pero parece el escenario perfecto para una aventura terrorífica -respondió Jane valientemente.
Decidieron explorar cada rincón de la casa. Mientras caminaban por los pasillos oscuros, comenzaron a escuchar extraños ruidos provenientes del piso superior. Subieron las escaleras despacio y se encontraron con algo inesperado: criaturas fantasmales flotando por todas partes.
- ¡Fantasmas! -gritó uno de los amigos asustado. Pero Jane no se dejó intimidar por las apariencias. Se acercó a los fantasmas y les preguntó amablemente qué hacían allí.
Los fantasmas parecían sorprendidos por su valentía y le contaron que habían estado atrapados en esa casa durante años, sin poder encontrar paz ni descanso. Habían perdido su camino hacia el otro lado y necesitaban ayuda para encontrarlo.
Jane pensó rápidamente y recordó una historia que su abuela le había contado sobre un antiguo libro de hechizos en el pueblo. - ¡Creo que puedo ayudarlos! -exclamó Jane con entusiasmo-. Hay un libro de hechizos en nuestro pueblo que podría tener la respuesta para liberarlos.
Los fantasmas se emocionaron al escuchar esto y decidieron acompañar a Jane y sus amigos hasta el pueblo. Juntos, buscaron el libro de hechizos en la biblioteca del pueblo y encontraron un conjuro para abrir una puerta hacia el otro lado.
Siguiendo las instrucciones del libro, recogieron algunos elementos especiales del bosque y volvieron a la casa encantada. Jane pronunció las palabras mágicas mientras todos los fantasmas sostenían los objetos necesarios. De repente, una luz brillante iluminó la habitación y una puerta apareció frente a ellos.
Los fantasmas cruzaron la puerta uno por uno, desapareciendo lentamente hacia el otro lado. - ¡Lo logramos! -gritó Jane emocionada-. Ahora podrán descansar en paz. Sus amigos estaban impresionados por su valentía y habilidad para resolver problemas.
Desde ese día, Jane se convirtió en una heroína local, conocida por su coraje y compasión. La casa encantada ya no era más un lugar terrorífico, sino un símbolo de esperanza y amistad.
Y así, gracias a Jane, todos aprendieron que debemos enfrentar nuestros miedos con valentía y siempre estar dispuestos a ayudar a los demás.
FIN.