El Libro Mágico de Joaquina


Había una vez, en un pequeño pueblo llamado San Andrés de G, vivía una linda niña llamada Joaquina. Joaquina tenía dos años y vivía junto a sus papás, quienes la amaban profundamente.

Joaquina era una niña muy curiosa y siempre estaba buscando nuevas aventuras. A medida que se acercaba el día de Reyes, su emoción iba en aumento.

Hablaba con su abuela Graciela por teléfono todos los días y le contaba lo emocionada que estaba por recibir regalos de los Reyes Magos. La abuela Graciela vivía en la localidad de Caseros, un poco alejada del pueblo donde residía Joaquina. Pero eso no impidió que la abuela Graciela preparara algo especial para su querida nieta.

Decidió hacerle un regalo muy especial y decidió involucrar a los Reyes Magos en esta sorpresa. Un día antes del Día de Reyes, mientras Joaquina dormía plácidamente, la abuela Graciela llegó sigilosamente a su casa.

Preparó un recipiente con agua y colocó pasto fresco alrededor para simular el lugar donde los camellos de los Reyes Magos descansan mientras entregan sus regalos.

Al lado del recipiente, dejó una carta escrita con mucho amor para Joaquina: "Queridos Reyes Magos: les escribo esta carta para pedirles un favor muy especial. Mi adorada nieta Joaquina ha sido tan buena este año que merece recibir algo maravilloso.

Les pido que le traigan el regalo más hermoso que tengan y yo me encargaré de entregárselo cuando venga a visitarme. Con cariño, su abuela Graciela". La abuela Graciela dejó todo preparado y se marchó antes de que Joaquina despertara.

Cuando la niña se levantó esa mañana, corrió emocionada hacia el lugar donde había dejado agua y pasto para los Reyes Magos. Sus ojitos brillaban de felicidad al ver el regalo que habían dejado para ella.

"- ¡Mamá, papá! ¡Los Reyes Magos estuvieron aquí! ¡Mirad lo que me trajeron!", exclamó Joaquina llena de alegría. Sus papás sonrieron y se acercaron para ver el regalo junto a ella. Se quedaron sorprendidos al ver lo hermoso que era: un libro lleno de cuentos mágicos y coloridas ilustraciones.

Aunque Joaquina no sabía quién había sido exactamente quien le había hecho ese regalo, estaba convencida de que fue gracias a la carta especial que su abuela Graciela les había enviado a los Reyes Magos.

Pasaron los días y llegó el momento en que Joaquina visitaría a su abuela Graciela en Caseros. La pequeña llevaba consigo su libro favorito, aquel obsequio tan preciado. Estaba ansiosa por llegar y poder entregarle un gran abrazo a su amada abuelita.

Cuando finalmente llegaron a la casa de la abuela Graciela, Joaquina corrió hacia ella con una sonrisa radiante en el rostro. Le dio un fuerte abrazo y le susurró al oído: "- Abuelita, gracias por hacer posible mi regalo de Reyes. Te quiero mucho".

La abuela Graciela, emocionada por la reacción de Joaquina, le respondió con ternura: "- Mi niña hermosa, siempre estaré aquí para hacer realidad tus sueños y deseos. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar".

Y así, entre risas y juegos, la abuela Graciela y Joaquina pasaron un día maravilloso juntas. Aprendieron cosas nuevas, compartieron historias y crearon recuerdos inolvidables.

Esta historia nos enseña que el amor de una abuela puede trascender distancias físicas y hacer posible los sueños de sus nietos. También nos muestra la importancia de creer en la magia de los Reyes Magos y en el poder del amor familiar. Joaquina nunca olvidó aquel regalo tan especial que recibió aquella mañana mágica.

Siempre recordaría a su abuela Graciela como alguien capaz de hacer realidad sus deseos más profundos.

Y así termina esta historia llena de amor y magia, donde una abuela demostró cuánto amaba a su nieta al hacerle un regalo único gracias a su imaginación y cariño.

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