El libro mágico de Juan



Había una vez un niño llamado Juan, que era muy curioso y le encantaba aprender cosas nuevas. En su escuela, siempre se destacaba por ser el más aplicado de la clase y tenía una pasión especial por las matemáticas.

Un día, mientras los demás niños jugaban en el recreo, Juan decidió quedarse en el salón de clases para leer su libro de matemáticas.

Se sentó en su pupitre con entusiasmo y comenzó a sumergirse en las páginas llenas de números y problemas interesantes. "¡Vamos a resolver este problema!", dijo Juan emocionado. Mientras tanto, sus compañeros de clase estaban afuera disfrutando del sol y divirtiéndose.

Pero algo inesperado ocurrió: una ráfaga de viento fuerte sopló por la ventana abierta del salón y arrancó algunas páginas del libro de matemáticas de Juan. Las hojas volaron por todo el salón antes de salir volando hacia el patio.

Juan se quedó sorprendido al ver cómo sus preciadas páginas desaparecían ante sus ojos. Sin embargo, no se dejó desanimar fácilmente. Sabía que debía recuperarlas porque eran importantes para él. Sin pensarlo dos veces, Juan corrió tras las hojas voladoras hasta llegar al patio de la escuela.

Allí encontró a sus compañeros jugando con las páginas del libro como si fueran cometas improvisadas. "¡Deténganse! ¡Esas son mis hojas!", exclamó Juan con voz decidida. Los niños se detuvieron sorprendidos ante la determinación y valentía mostrada por su amigo.

Comenzaron a devolverle las páginas una a una, hasta que Juan recuperó todas. "Gracias a todos por ayudarme", dijo Juan sonriendo. "Estas páginas son muy importantes para mí porque me encanta aprender matemáticas".

Sus compañeros se miraron entre sí y se dieron cuenta de lo importante que era para Juan su pasión por los números. A partir de ese momento, decidieron apoyarlo en su amor por las matemáticas y comenzaron a interesarse también en esta fascinante materia.

Juntos, empezaron a resolver problemas y desafíos matemáticos cada día. La clase se convirtió en un lugar lleno de risas y aprendizaje, donde todos descubrieron el gusto por las matemáticas gracias al entusiasmo y la perseverancia de Juan.

Con el tiempo, la historia de Juan y su libro volador se convirtió en una leyenda dentro de la escuela.

Los niños siempre recordaban cómo un simple incidente había cambiado sus vidas y los había llevado a descubrir el maravilloso mundo de las matemáticas. Y así, Juan demostró que con determinación y amor por el conocimiento, cualquier obstáculo puede ser superado. Su historia inspiró a muchos otros niños a seguir sus sueños y nunca rendirse ante las dificultades.

Desde aquel día, el salón de clases se convirtió en un lugar mágico donde la aventura del aprendizaje nunca terminaba. Y todo gracias a un niño llamado Juan que amaba leer su libro de matemáticas más que nadie.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!