El libro mágico de la amistad
Había una vez una niña llamada Vale y un niño llamado Luis que eran los mejores amigos. Pasaban todo el tiempo juntos, jugando, riendo y compartiendo aventuras. Pero un día, algo sucedió y comenzaron a pelearse.
Todo empezó cuando Vale le prestó uno de sus juguetes favoritos a Luis. Sin embargo, Luis lo rompió accidentalmente mientras jugaba.
En lugar de disculparse, Luis se enojó con Vale y le echó la culpa por haberle dado un juguete frágil. Vale se sintió triste y herida por las palabras de Luis. No entendía cómo su amigo podía ser tan injusto con ella. Decidió alejarse de él para evitar más problemas.
Los días pasaron y ambos extrañaban su amistad, pero ninguno daba el primer paso para solucionar las cosas. Un día, mientras Vale caminaba sola por el parque, encontró un pequeño libro tirado en el césped.
Lo recogió curiosa y al abrirlo descubrió que era un libro mágico que podía llevarla a diferentes mundos llenos de enseñanzas importantes. Sin pensarlo dos veces, Vale abrió el libro en la primera página y fue transportada a un mundo donde todo estaba oscuro y triste.
Allí encontró a una hada llamada Esperanza que parecía estar muy triste. "Hola Esperanza ¿qué te pasa?"- preguntó Vale preocupada. "Oh querida Vale, estoy triste porque dos amigos están peleados desde hace mucho tiempo"- respondió la hada con voz melancólica.
"Yo también tengo ese problema con mi amigo Luis"- confesó Vale. "Entonces debes aprender una lección muy valiosa, Vale. La amistad es un tesoro que debemos cuidar y valorar.
A veces, las peleas ocurren porque no sabemos cómo comunicarnos correctamente o porque dejamos que el orgullo nos domine"- explicó la hada. Vale comprendió lo que Esperanza quería decirle y prometió intentar solucionar las cosas con Luis.
De repente, el libro volvió a abrirse y Vale fue transportada de regreso al mundo real. Corrió hacia la casa de Luis y tocó la puerta nerviosa. Cuando él abrió, se sorprendió al ver a su amiga parada frente a él.
"Luis, lamento mucho haberme alejado de ti sin darte la oportunidad de explicarte cómo me sentí"- dijo Vale con sinceridad. "Yo también me equivoqué, Vale. No debería haberte echado la culpa por lo del juguete"- admitió Luis avergonzado.
Ambos amigos se abrazaron emocionados y prometieron nunca dejar que una pelea arruinara su amistad nuevamente. Aprendieron a comunicarse mejor y a resolver sus problemas juntos en lugar de alejarse el uno del otro. Desde ese día, Vale y Luis se convirtieron en un equipo inseparable.
Juntos aprendieron muchas lecciones importantes sobre el valor de la amistad y cómo superar los obstáculos que pueden aparecer en el camino.
Y así termina nuestra historia, recordándonos que cada pelea puede ser una oportunidad para crecer como personas y fortalecer nuestras relaciones más importantes: nuestras amistades verdaderas.
FIN.