El libro mágico de Mateo



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, vivía un niño llamado Mateo. Era un niño muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras exploraba el bosque cerca de su casa, encontró un libro misterioso escondido entre los árboles. Mateo tomó el libro y lo abrió con cautela. Para su sorpresa, las páginas estaban en blanco.

Pero cuando miró más de cerca, vio que había algo escrito en la primera página: "Este libro tiene el poder de hacer realidad tus sueños". Curioso por saber si era verdad, Mateo decidió probarlo y escribió: "Quiero ser el mejor jugador de fútbol del mundo".

Al instante, sintió una extraña sensación en su cuerpo y se dio cuenta de que ahora tenía habilidades increíbles para jugar al fútbol. Emocionado con su nuevo talento, Mateo decidió compartirlo con sus amigos.

Se reunieron en el parque para jugar un partido y quedaron impresionados por las increíbles jugadas que Mateo hacía. "¡Increíble! ¿Cómo lo haces?", preguntaron sus amigos asombrados. "Encontré este libro mágico en el bosque", respondió Mateo emocionado. Sus amigos también querían probar el poder del libro mágico y escribieron sus propios deseos.

Uno quería ser un gran músico, otro quería ser famoso por sus habilidades artísticas y otro quería ser tan inteligente como Albert Einstein. Uno a uno, cada deseo se hizo realidad gracias al poder del libro mágico.

Los niños se convirtieron en verdaderos talentos en sus respectivas áreas y comenzaron a destacar en el pueblo.

La noticia sobre el libro mágico se extendió rápidamente por Villa Alegre, y pronto la gente de todas partes llegó al pueblo para pedirle a Mateo que les prestara el libro. Pero Mateo sabía que el poder del libro debía utilizarse con responsabilidad, así que decidió no compartirlo con nadie más. Un día, un hombre misterioso llamado Don Ricardo llegó al pueblo.

Parecía muy interesado en obtener el libro mágico y no estaba dispuesto a aceptar un —"no"  por respuesta. "Dame ese libro ahora mismo", exigió Don Ricardo con una mirada amenazante.

Mateo se negó rotundamente y le explicó que no podía dárselo porque tenía la responsabilidad de proteger su poder. Don Ricardo, enfurecido, decidió tomar el asunto en sus propias manos.

Siguiendo a Mateo hasta su casa una noche, irrumpió en su habitación y robó el libro mágico mientras él dormía. Cuando Mateo se despertó y descubrió lo ocurrido, sintió una mezcla de tristeza y rabia. Sabía que tenía que recuperar el libro mágico antes de que Don Ricardo lo usara para hacer cosas malas.

Decidido a enfrentar al ladrón, Mateo emprendió un viaje peligroso hacia la guarida secreta de Don Ricardo. Con valentía e inteligencia, logró infiltrarse sigilosamente y encontró al hombre rodeado de libros antiguos y oscuros. "¡Devuélveme mi libro!", gritó Mateo decidido.

Don Ricardo se rió y dijo: "Este libro es mío ahora, y lo usaré para mis propios deseos". Pero Mateo no se rindió. Utilizando sus habilidades de fútbol, logró arrebatarle el libro a Don Ricardo y salir corriendo de la guarida.

De vuelta en Villa Alegre, Mateo devolvió el libro a su lugar original en el bosque. Sabía que era peligroso tener un poder tan grande en manos equivocadas.

A partir de ese día, Mateo aprendió una valiosa lección sobre la importancia de tomar decisiones responsables y proteger aquello que es importante. También aprendió que los verdaderos talentos no necesitan magia para brillar, sino dedicación y esfuerzo.

Y así, Mateo siguió creciendo como un niño curioso y aventurero, pero siempre recordando la lección que había aprendido del libro mágico: que los sueños pueden hacerse realidad si trabajas duro por ellos.

Y esa fue la historia inspiradora de cómo un niño encontró el poder dentro de sí mismo para alcanzar lo imposible.

FIN.

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