El libro secreto de la selva


Maialen y Edurne eran dos amigas inseparables que disfrutaban de leer juntas. Una noche, decidieron quedarse a dormir en la casa de Maialen y llevaron consigo un libro de aventuras en la selva.

- ¡Qué emocionante se ve este libro! -exclamó Maialen mientras hojeaban las páginas llenas de árboles frondosos y animales exóticos. - Sí, parece que será una gran aventura -respondió Edurne con entusiasmo. Después de leer durante horas, finalmente cerraron el libro para ir a dormir.

De repente, una luz brillante salió del libro y las envolvió por completo. Al despertar al día siguiente, se encontraron en medio de la selva, rodeadas por altos árboles y sonidos misteriosos. - ¿Dónde estamos? -preguntó Maialen desconcertada.

- Creo que estamos dentro del libro... ¡estamos viviendo la aventura! -exclamó Edurne emocionada.

Decidieron explorar su nuevo entorno y descubrieron que debían seguir un camino marcado por piedras brillantes para llegar al corazón de la selva, donde según el libro encontrarían un tesoro escondido. En su camino se encontraron con diferentes desafíos como puentes colgantes sobre ríos caudalosos, cuevas oscuras habitadas por murciélagos e incluso tuvieron que rescatar a un mono travieso atrapado en una red.

- ¡Esto es increíble! Nunca imaginé vivir algo así -dijo Maialen maravillada por todo lo que estaban experimentando. - Sí, es como si fuéramos las heroínas de nuestra propia historia -respondió Edurne con una sonrisa valiente.

Finalmente llegaron al corazón de la selva donde encontraron el tesoro: un cofre dorado lleno de gemas brillantes y monedas antiguas. Sin embargo, antes de poder celebrar su hallazgo, escucharon un rugido amenazador proveniente de los arbustos cercanos.

- ¡Es el tigre feroz del cuento! ¡Debemos ser valientes y pensar rápido! -exclamó Maialen con determinación. Con ingenio y trabajo en equipo lograron engañar al tigre haciéndolo caer en una trampa improvisada con lianas.

Después de asegurarse de estar a salvo, regresaron al punto inicial donde cerraron el libro para volver a casa. La misma luz brillante las envolvió nuevamente y al despertar se encontraban en la habitación de Maialen como si nada hubiera pasado.

- ¿Fue todo real o solo fue un sueño? -se preguntaba Edurne mientras miraba asombrada a su amiga. - No importa si fue real o no... aprendimos mucho sobre valentía, trabajo en equipo y amistad. Y eso es lo importante -respondió Maialen con una sonrisa reconfortante.

Desde ese día, Maialen y Edurne recordaban aquella aventura en la selva como un recuerdo especial que fortaleció aún más su amistad y les enseñó lecciones valiosas que aplicarían en todas sus futuras experiencias juntas.

Juntas descubrieron que los libros no solo eran puertas hacia otros mundos sino también oportunidades para crecer y aprender más sobre sí mismas.

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