El libro volador



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, una niña llamada Sofía. Sofía era una niña muy curiosa y siempre estaba en busca de aventuras emocionantes.

Un día, mientras exploraba el bosque cercano a su casa, encontró un misterioso libro antiguo. El libro estaba lleno de dibujos y palabras que no entendía, pero algo le decía que era especial. Decidió llevarlo a casa para investigar más sobre él.

Al llegar a su habitación, Sofía comenzó a hojear el libro y descubrió que se trataba de un libro de hechizos mágicos. Fascinada por la idea de la magia, decidió probar uno de los hechizos.

"Abracadabra, hazme volar como el viento" -dijo Sofía mientras hacía unos extraños movimientos con las manos. De repente, Sofía sintió cómo sus pies dejaban el suelo y comenzaba a flotar en el aire. Estaba emocionada y asustada al mismo tiempo.

Pero antes de que pudiera disfrutar completamente del vuelo mágico, algo salió mal. El viento empezó a soplar cada vez más fuerte y Sofía perdió el control sobre su vuelo. Fue arrastrada hacia arriba por las ráfagas de viento hasta llegar a las nubes.

"¡Ayuda! ¡No sé cómo bajar!" -gritaba Sofía desesperadamente mientras se agarraba a una nube para no caerse al vacío. Justo en ese momento apareció un simpático pájaro llamado Pepe quien había visto todo desde lo alto de un árbol cercano.

"¡No te preocupes, Sofía! ¡Voy a ayudarte!" -dijo Pepe volando hacia ella. Pepe le explicó que había un hechizo para contrarrestar el efecto del primero y así poder bajar de nuevo al suelo.

Juntos, buscaron en el libro hasta encontrar el hechizo correcto. "Abracadabra, quiero volver a tierra firme" -recitó Sofía mientras hacía los movimientos indicados por Pepe. De repente, Sofía sintió cómo sus pies tocaban de nuevo el suelo.

Estaba feliz de estar a salvo y agradecida con Pepe por su ayuda. A partir de ese día, Sofía aprendió una valiosa lección sobre la importancia de ser cuidadosa y responsable al hacer uso del conocimiento.

También aprendió que siempre hay alguien dispuesto a ayudar cuando más lo necesitas. Sofía decidió guardar el libro mágico en un lugar seguro y prometió utilizarlo con responsabilidad. Aunque no volvió a intentar ningún otro hechizo, nunca perdió su espíritu aventurero y siguió explorando el mundo con cautela pero entusiasmo.

Y así, gracias a esa experiencia inesperada, Sofía se convirtió en una niña aún más sabia y valiente.

Siempre recordaría la lección aprendida en aquel bosque mágico: que la magia está dentro de nosotros mismos y es nuestra responsabilidad utilizarla para hacer el bien.

FIN.

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