El lienzo de la valentía



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Mirian.

Era una niña muy tímida y reservada, siempre se mantenía alejada de los demás niños y prefería pasar su tiempo sola en su habitación leyendo libros o dibujando. Mirian tenía un gran talento para el arte, pero era demasiado tímida para mostrar sus creaciones a los demás. Siempre pensaba que no eran lo suficientemente buenas como para ser admiradas por los demás.

Esto la hacía sentir triste y frustrada. Un día, mientras Mirian estaba caminando por el parque del pueblo, escuchó risas y voces alegres provenientes de un grupo de niños que estaban jugando fútbol.

Uno de ellos se acercó a ella y le preguntó:"¿Quieres jugar con nosotros?"Mirian sintió un nudo en la garganta y bajó la mirada tímidamente. "No creo que sea buena en deportes", respondió ella con voz temblorosa.

El niño sonrió amablemente y dijo: "No importa si eres buena o no, lo importante es divertirse juntos". Aquellas palabras resonaron en el corazón de Mirian. Decidió darle una oportunidad al fútbol e intentar superar su timidez.

A medida que pasaba más tiempo con los otros niños, poco a poco fue ganando confianza en sí misma. Una tarde soleada, mientras jugaban fútbol en el parque, uno de los niños notó las habilidades artísticas de Mirian cuando vio algunos dibujos suyos caerse del bolsillo.

Quedó impresionado por la belleza de sus creaciones y le preguntó:"¿Por qué nunca nos mostraste tus dibujos antes, Mirian?"Mirian sonrió tímidamente y respondió: "Siempre pensé que no eran lo suficientemente buenos".

El niño la miró con asombro y dijo: "¡Estás equivocada! Tus dibujos son hermosos, deberías compartirlos con los demás. Tal vez puedas hacer un mural en la escuela o en el parque para que todos puedan disfrutarlo". Las palabras del niño resonaron en el corazón de Mirian una vez más.

Decidió vencer su timidez y mostrarle al mundo su talento artístico. Con el apoyo de sus nuevos amigos, Mirian organizó una exposición de arte en la escuela. Todos quedaron impresionados por sus dibujos coloridos y llenos de vida.

La noticia se extendió rápidamente por el pueblo, atrayendo a mucha gente curiosa por ver las obras de arte de la talentosa niña tímida.

A medida que Mirian compartía su talento con los demás, se dio cuenta de que no tenía nada que temer. Su timidez comenzó a desvanecerse lentamente hasta convertirse en confianza. Se hizo amiga de muchos niños del pueblo y descubrió una nueva pasión por enseñarles a pintar.

Mirian demostró que ser tímido no significa ser débil o incapaz; simplemente es una forma diferente de ser. Aprendió a abrazar su timidez como parte integral de quien era y cómo veía el mundo.

Y así, Mirian vivió felizmente rodeada de amigos que valoraban su talento artístico y su dulce personalidad. Su historia inspiró a muchos otros niños tímidos del pueblo a no tener miedo de mostrar quiénes eran realmente.

Y colorín colorado, esta historia de Mirian, la niña tímida pero valiente, ha llegado a su fin.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!