El Lindo Trinar del Zorsal



En un colorido bosque de Argentina, donde los árboles altos susurraban la historia del viento, vivía un pequeño zorsal llamado Turi. Turi tenía un don especial: su canto era el más hermoso del lugar. Desde el amanecer, su melodía se escuchaba por todo el bosque, llenando de alegría a todos los animales.

Un día, mientras Turi ensayaba una nueva canción, un viejo búho llamado Don Benito se acercó.

"Turi, tu canto es realmente hermoso. Pero, ¿te has dado cuenta de que hay muchos que no pueden escuchar tu música?" - preguntó el búho.

"¿A quiénes te referís, Don Benito?" - inquirió Turi con curiosidad.

"A aquellos que viven en los rincones más oscuros del bosque, donde no llega la luz del sol ni tus dulces notas. Quizás podrías ir a visitarlos," - sugirió el búho.

Turi pensó en la idea del búho. Al principio, le preocupó que su canto no llegara a ser tan hermoso en un lugar tan sombrío. Sin embargo, decidió que era hora de descubrir esos sitios que poco conocía.

Con su corazón lleno de valentía, Turi partió en búsqueda de los rincones ocultos. Tras volar un rato, llegó a una cueva oscura donde vivían varios animales que nunca había visto: un murciélago llamado Miki, una salamandra llamada Lila, y un curioso erizo llamado Kiko.

"Hola, amigos, soy Turi, el zorsal. He venido a compartir mi canto con ustedes, aunque no estoy seguro de cómo lo recibirán." - dijo con un poco de nervios.

"¡Hola!" - respondieron todos en coro. "Nunca hemos escuchado tu canto. ¡Nos encantaría oírlo!" - exclamó Miki con entusiasmo.

Con un poco de miedo, Turi comenzó a cantar. Aunque la cueva era oscura, su voz resonaba con una belleza única. Los tres animales quedaron maravillados.

"¡Es mágico! Nunca habíamos escuchado algo así!" - gritó Lila mientras danzaba en su lugar.

"Deberías venir más seguido, Turi. Nos traes luz a nuestro oscuro hogar," - añadió Kiko, el erizo, sonriendo.

Turi se sintió feliz y, al mismo tiempo, se dio cuenta de que aún había muchos animales que podían ser tocados por su canto. Así que decidió organizar un pequeño concierto al aire libre donde invitaría a todos sus nuevos amigos, así como a los que vivían en el claro del bosque.

El gran día llegó. Todos los animalitos, tanto los que vivían en la luz como en la sombra, se reunieron alrededor de un hermoso árbol. Turi tomó aire y, con su corazón latiendo fuerte, comenzó a cantar. Su melodía era aún más hermosa que antes, porque comprendía que ahora también cantaba para aquellos que no solían escuchar.

"¡Bravo, Turi!" - gritaba Miki mientras aplaudía con sus alas. "Nunca había sentido tanto color en la música."

"Es increíble cómo tu canto une a todos, Turi," - comentó Lila con una sonrisa radiante.

"Así es, amigos, cada uno de nosotros tiene algo especial que ofrecer. A veces, sólo necesitamos un poquito de valentía para descubrirlo," - comentó Turi con humildad.

Desde ese día, el bosque comenzó a llenarse de nuevas melodías. No sólo Turi cantaba, sino que cada animal aportaba su propio sonido, formando sinfonías llenas de alegría y amistad. Y así, el zorsal nunca olvidó la importancia de compartir su lindo trinar.

La historia de Turi se convirtió en leyenda, recordándoles a todos que la música, así como la amistad, puede iluminar incluso los rincones más oscuros de la vida.

FIN.

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