El Llanto de las Ecorregiones
En un rincón de Bolivia, donde los valles se encuentran con las montañas y la selva abraza a los ríos, había una vez un grupo de ecorregiones que vivía en armonía. Cada día, la Pachamama —madre tierra— les susurraba y les contaba sobre los secretos del viento, el agua y la tierra. Sin embargo, un día, los animales de cada ecorregión comenzaron a notar algo extraño: los árboles lloraban, los ríos murmuraban y los valles se sentían tristes. Esto era el llanto de las ecorregiones.
Los habitantes más curiosos de la selva fueron los monos y las aves. Un día, el loro, llamado Lolo, se reunió con sus amigos: - “¿Han notado cómo se siente la selva? Ya no es como antes.”
- “Sí, ya no hay tantos frutos como antes,” respondió la ardilla, un poco angustiada. La tortuga, que siempre había sido sabia, hizo una pausa y dijo: - “Quizás debamos investigar. Tal vez la Tierra nos está hablando.”
Decididos a buscar la razón del llanto, los animales convocaron a un gran cónclave en la cúspide de la montaña más alta. Allí, se encontraron con habitantes de otras ecorregiones como el altiplano y el bosque seco.
Cuando todos se reunieron, una gran tortuga de caparazón brillante se presentó: - “¡Soy Tula, de la ecorregión del altiplano! He viajado mucho y he notado que nuestros ríos se están secando y las plantas no crecen como antes. ¿Qué podemos hacer? ”
- “En nuestra ecorregión de la selva, los humanos están talando árboles y no plantan nuevos. Está afectando a nuestros bosques,” contestó Lolo, muy preocupado.
Tras pasarse el micrófono, un zorro del bosque seco exclamó: - “En mi hogar, ya no tenemos suficiente agua. ¡Los ríos están casi secos! ”
- “Esto es serio,” reflexionó la tortuga. - “Si todos estamos sufriendo, tal vez nuestra madre Tierra intenta decirnos algo importante.”
Los animales comenzaron a planear cómo unir fuerzas. - “¡Vamos a hablar con los humanos! Quizás ellos no entiendan lo que está pasando,” sugirió Lolo.
- “Pero… ¿cómo nos van a escuchar? Son tan grandes y nosotros tan pequeños,” dijo asustada la ardilla.
- “¡Y también estamos muy lejos de las ciudades! ” agregó la tortuga.
Sin embargo, decidieron que eso no los detendría. - “Organizaremos un gran desfile. Todos los animales de las ecorregiones deben ir. Iremos a la capital a mostrarles lo que está pasando,” propuso la tortuga con determinación.
Después de semanas de preparación, el día del desfile llegó. Los animales llegaron desde todas partes: monos, aves, tortugas, zorros, y hasta algunos jaguares. Juntos, formaron una cadena de ecorregiones. Los humanos se sorprendieron al ver a tantos animales juntos.
- “¡Miren! ¡Son tantas ecorregiones llorando! ” gritó un niño al ver a los animales.
- “¿Qué les pasa? ” preguntó un adulto, intrigado.
Los animales se turnaron para explicar su problema. Lolo voló alto y comenzó: - “Venimos a pedir su ayuda. Nuestro hogar está sufriendo, y nuestros ríos, árboles y montañas nos están pidiendo que cuidemos de ellos.”
Poco a poco, los humanos comenzaron a comprender. Muchos de ellos se unieron a la causa y prometieron plantar árboles y proteger el agua.
- “Nos comprometeremos a cuidar la tierra y a enseñarle a otros sobre la importancia de la naturaleza,” dijo uno de los líderes.
Con el tiempo, los animales y los humanos empezaron a trabajar juntos. Plantaron árboles en las selvas, limpiaron ríos, y aseguraron que las ecorregiones fueran protegidas para las futuras generaciones. El llanto de las ecorregiones se convirtió en susurros felices de agradecimiento.
Los valles, ríos y montañas volvieron a respirar. La Pachamama sonreía, y sus habitantes aprendieron que juntos eran más fuertes.
- “Miren, nuestras ecorregiones están sanando,” dijo la tortuga un día mientras escuchaba el sonido del agua.
Y así, en Bolivia, los animales y humanos aprendieron a cuidar juntos de la naturaleza, prometiendo siempre escuchar el llanto de las ecorregiones. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Esa historia se cuenta en todos los rincones de la tierra, recordando a grandes y chicos que la2 naturaleza es un hogar que debemos cuidar.
FIN.