El llanto de un neonato


Había una vez en un pequeño pueblo un bebé recién nacido llamado Mateo. A diferencia de otros bebés, Mateo tenía un llanto muy especial; era tan melodioso que cada vez que lloraba, las flores del jardín bailaban al compás de su llanto. Las personas del pueblo se maravillaban al escuchar el llanto de Mateo, y pronto se corrió la voz de que su llanto tenía un poder mágico.

Un día, una bruja malvada llamada Malvina escuchó sobre el llanto de Mateo y decidió robarle su mágico don. Aprovechando la oscuridad de la noche, Malvina se coló en la casa de Mateo y lo secuestró, llevándolo a su guarida en lo profundo del bosque.

Los padres de Mateo, angustiados por la desaparición de su hijo, buscaron por todo el pueblo sin éxito. Sin embargo, un valiente hada llamada Lola escuchó sobre el secuestro y decidió ayudar. Con su varita mágica, Lola sopló polvo de estrellas sobre el pueblo, iluminando el camino hacia la guarida de Malvina.

Al llegar a la guarida de la bruja, Lola encontró a Mateo llorando, pero esta vez su llanto no tenía el mismo poder mágico; parecía apagado y triste. Con valentía, Lola desafió a Malvina y logró rescatar a Mateo. Al devolverlo a sus padres, el llanto de Mateo recuperó su melódico poder, alegrando no solo a su familia, sino también a todo el pueblo.

Desde ese día, el poder del llanto de Mateo se convirtió en una enseñanza para todos: la bondad y la valentía siempre prevalecerán sobre la maldad, y es importante proteger y cuidar a aquellos que tienen dones especiales, ya que son un regalo para el mundo.

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