El lobo amigo de la montaña



Había una vez una familia muy unida que decidió ir de paseo a la montaña en busca de aventuras y diversión.

La mamá, el papá, los dos hermanitos y la mascota de la familia, un perro llamado Rufus, estaban emocionados por pasar tiempo juntos y disfrutar de la naturaleza. Al llegar a la montaña, todos se maravillaron con el paisaje: árboles altos, flores silvestres y un aire fresco que llenaba sus pulmones.

Decidieron hacer una caminata por el bosque para explorar más a fondo. Mientras caminaban y cantaban canciones alegres, escucharon un ruido extraño entre los árboles. - ¡¿Qué fue eso? ! -preguntó uno de los hermanitos, asustado. - Tranquilo, seguramente es algún animalito curioso.

No hay de qué preocuparse -respondió el papá con calma. Pero cuando menos lo esperaban, apareció ante ellos un lobo grande y animal. Todos se quedaron petrificados por un momento, sin saber qué hacer.

El lobo los observaba con curiosidad y lentamente se acercaba a ellos. Para sorpresa de todos, Rufus comenzó a mover la cola y se acercó al lobo olfateándolo amigablemente. - Parece que Rufus ha hecho un nuevo amigo -dijo la mamá con una sonrisa aliviada.

El lobo no parecía ser agresivo en absoluto. De hecho, les mostraba su costado para que le acariciaran la cabeza. La familia entendió que este lobo no representaba ningún peligro para ellos.

Decidieron llamar al lobo —"Lupito"  y pasaron todo el día juntos: jugaron en el arroyo cercano, compartieron su comida e incluso construyeron una fogata donde asaron malvaviscos juntos.

Al caer la noche, Lupito señaló hacia un sendero iluminado por las estrellas que los llevaría de regreso a su cabaña. Antes de despedirse, el lobo emitió un largo aullido como muestra de gratitud por haberlos conocido. - Gracias Lupito por enseñarnos que no debemos juzgar a alguien solo por su apariencia.

¡Fue un día increíble gracias a ti! -exclamó uno de los hermanitos emocionado.

Con el corazón lleno de alegría y nuevas experiencias vividas ese día inolvidable en la montaña junto al amistoso Lupito; esta familia aprendió una valiosa lección sobre aceptación y amistad verdadera sin importar las diferencias externas. Y así regresaron felices a casa sabiendo que siempre recordarían aquel encuentro mágico en medio del bosque encantado.

FIN.

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