El lobo aprende modales



Título: "La fiesta de los buenos modales"Había una vez en el bosque encantado, un grupo de animales muy especiales que se reunían para celebrar la fiesta de los buenos modales.

En esta fiesta, todos los animalitos debían demostrar su cortesía y amabilidad. El anfitrión de la fiesta era Don Conejo, un conejito muy educado y simpático que siempre daba el ejemplo con sus modales impecables.

Invitó a sus amigos del bosque: la Señora Pata, el Señor Zorro, la Señorita Ardilla y el Señor Oso. La fiesta comenzó con un juego de escondidas. La Señora Pata le dijo al Señor Zorro: "-Por favor, espérame mientras cuento hasta diez".

El Señor Zorro asintió con una sonrisa y esperó pacientemente a que la Pata terminara de contar. Mientras tanto, la Señorita Ardilla y el Señor Oso recogieron hojas y flores para decorar la mesa del picnic. "-Gracias por ayudarme", dijo la ardilla con gratitud.

"-De nada, es un placer colaborar", respondió el oso con amabilidad. Después de jugar y decorar, todos se sentaron a disfrutar de una merienda deliciosa preparada por Don Conejo.

Mientras comían pastelitos y frutas, conversaban animadamente sobre lo importante que eran los buenos modales en su vida cotidiana. En medio de la charla, escucharon un ruido extraño proveniente del bosque. Era el Lobo Maloso que venía hacia ellos gruñendo y mostrando sus dientes afilados.

Todos se pusieron nerviosos ante su presencia amenazante.

Pero en lugar de asustarse o responder con agresividad, Don Conejo se levantó lentamente y extendió su pata hacia el lobo diciendo: "-Buenas tardes señor Lobo ¿cómo está hoy? ¿Le gustaría un poco de té?" El Lobo Maloso quedó sorprendido por tanta cortesía y gentileza. Conmovido por los buenos modales del conejito y sus amigos animales, el Lobo decidió cambiar su actitud agresiva.

A partir de ese día, se convirtió en parte del grupo e aprendió a comportarse amablemente gracias al ejemplo positivo que le brindaron. Así fue como terminó la fiesta de los buenos modales en el bosque encantado.

Todos los animales comprendieron lo importante que era ser respetuosos y amables unos con otros para vivir en armonía.

Y colorín colorado este cuento ha terminado ¡Que vivan los buenos modales! Ilustración final: Todos los animalitos abrazándose felizmente alrededor de una mesa decorada con flores mientras comparten una merienda bajo la sombra de un árbol frondoso.

FIN.

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