El Lobo Arcoíris y la Princesa Malvada
Había una vez un bosque embrujado, donde habitaba una malvada princesa llamada Carla. Carla siempre estaba de mal humor y disfrutaba burlarse de los demás. Un día, mientras paseaba por el bosque, vio a su enemigo: el lobo arcoíris, que se llamaba Arco y siempre estaba acompañado de sus amigas, las cabras traviesas llamadas Clara, Pina y Lila.
"- ¡Mirá ese lobo!" exclamó la princesa a carcajadas. "- ¿Por qué tenés esos colores ridículos? Sos un verdadero chiste, Arco!"
Arco, que era un lobo muy amable y generoso, no se enfadó. En lugar de eso, sonrió y respondió:
"- Mis colores son únicos y me encantan. Cada uno de ellos representa algo hermoso del mundo."
Las cabras comenzaron a aplaudir y a animar a Arco.
"- Sí! ¡Tus colores son fuego!" gritó Clara.
"- Y además, ¡brillan!" agregó Pina.
"- No dejes que te afecten las palabras de la princesa!" terminó Lila.
La princesa, confundida por la reacción de Arco y sus amigas, decidió intentar algo diferente. "- Quizás puedo hacer que se arrepienta. ¡Voy a lanzar un hechizo!" pensó mientras conjuraba una nube oscura sobre ellos.
Pero en vez de asustarse, Arco se acercó a ella y le dijo:
"- Carla, ¿sabías que tus palabras pueden tener poder también? Si decides usar esa magia para hacer reír a alguien en vez de hacerlo sentir mal, ¡sería mucho más divertido!"
La princesa, sorprendida por la respuesta del lobo, bajó la mirada. Nadie nunca le había dicho algo así. Efectivamente, solamente había usado su magia para hacer daño. En ese instante, un pequeño rayo de luz brilló en su corazón.
"- Tal vez… podría intentar algo nuevo…" pensó.
"- Quiero aprender de vos, Arco. ¿Cómo haces para ser así?" preguntó, un poco insegura.
El lobo arcoíris sonrió y dijo:
"- A veces, solo es cuestión de ver la belleza en las diferencias. Cada uno es único y eso es lo que nos hace especiales. Y si aprendemos a celebrar nuestras diferencias, podremos ser amigos y divertirnos juntos."
Carla se dio cuenta de lo equivocada que había estado. "- No estoy acostumbrada a pensar así, pero me gustaría intentar… ¿puedo ser tu amiga?"
"- ¡Claro que sí!" exclamó Arco, emocionado. Las cabras también rieron y aplaudieron con alegría.
Días después, la princesa comenzó a aceptar a todos aquellos que, de alguna manera, eran diferentes a ella. Se unió a Arco y las cabras en aventuras por el bosque, celebrando la diversidad y la amistad. Comenzaron a organizar fiestas donde todos podían mostrar sus talentos y colores.
Desde entonces, el bosque embrujado se convirtió en un lugar lleno de risas y amistad, donde la malvada princesa se transformó en una princesa amable, donde todos aprendieron que la diversidad es la verdadera belleza del mundo.
Y así, el bosque dejó de ser embrujado y se convirtió en un lugar mágico, donde cada día era una nueva oportunidad para aprender y compartir, todo gracias al Lobo Arcoíris, que mostró que un poco de amistad puede cambiar el corazón más endurecido.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.