El lobo bondadoso



En un bosque muy lejano, habitaban muchos animales como los tres chanchitos, la ardilla, la tortuga, el conejo, las aves, las mariposas y Buho.

Todos ellos tenían una peculiaridad en común: le temían al lobo feroz que vivía en lo profundo del bosque. El lobo feroz era grande y imponente, con sus afilados dientes y su mirada penetrante. A pesar de su apariencia amenazadora, el lobo era en realidad muy bueno, trabajador y amable.

Siempre ayudaba a los demás animales del bosque cuando lo necesitaban y nunca les había hecho daño. Un día soleado de primavera, el lobo feroz se despertó emocionado porque era su cumpleaños.

Se levantó temprano y se puso su mejor camisa para recibir a sus amigos del bosque. Sin embargo, conforme pasaba el día, nadie parecía recordar su cumpleaños ni saludarlo.

El lobo feroz visitó a los tres chanchitos en su casa de paja y les dijo con tristeza: "-Hola amigos, hoy es mi cumpleaños ¿se acuerdan?" Los chanchitos se miraron entre sí y respondieron: "-Lo siento mucho lobo feroz, estábamos ocupados construyendo nuestra casa. "Luego fue a ver a la ardilla que estaba recolectando nueces.

"-¡Feliz cumpleaños!", le dijo la ardilla sin mucho entusiasmo. El conejo estaba saltando por el prado cuando vio al lobo feroz acercarse. "-Ah hola", fue todo lo que dijo antes de seguir corriendo.

El lobo feroz no podía evitar sentirse triste por la falta de atención de sus amigos. Se sentó bajo un árbol pensativo cuando escuchó una voz familiar detrás suyo. Era Buho quien se posó en una rama cercana.

"-¿Qué te pasa amigo?", preguntó Buho con voz sabia. "-Hoy es mi cumpleaños y nadie parece recordarlo o querer celebrarlo conmigo", respondió el lobo con pesar. Buho reflexionó unos segundos antes de decir: "-Creo saber qué está pasando aquí.

" Luego explicó al lobo que todos en el bosque habían crecido escuchando historias sobre lobos feroces que comían animalitos indefensos. Aunque él demostraba ser diferente, les costaba cambiar esa idea preconcebida.

El lobo comprendió entonces por qué sus amigos actuaban así e decidió hacer algo al respecto. Con ayuda de Buho idearon un plan para mostrarle al resto del bosque que él no era como los lobos malos de las historias.

Esa misma tarde organizaron una fiesta sorpresa para el lobo feroz en la clara del bosque. Invitaron a todos los animales sin contarle al protagonista principal para mantener la sorpresa intacta.

Cuando llegó la hora señalada todos gritaron juntos: ¡Feliz Cumpleaños! El rostro del bueno pero incomprendido personaje se iluminó lleno de felicidad mientras soplaba las velas. Al finalizar todos pudieron disfrutar juntos compartiendo risas, música, danzas, y juegos. Desde ese día los habitantes del bosque aprendieron a valorar al amable e inofensivo integrante, llegando incluso a convertirse en grandes amigos inseparables.

FIN.

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