El Lobo Bueno del Bosque Encantado
Había una vez, en un hermoso bosque encantado, un lobo llamado Lino. A diferencia de otros lobos que eran temidos por los habitantes del bosque, Lino era conocido como el lobo bueno. Tenía un pelaje gris brillante y unos ojos amables que reflejaban su gran corazón. Lino siempre estaba listo para ayudar a quienes lo necesitaban.
Un día, mientras paseaba por el bosque, Lino escuchó a una pequeña ardilla llorar. Se acercó rápidamente y le preguntó:
- ¿Qué te pasa, pequeña ardilla?
La ardilla, cuyas mejillas estaban llenas de nueces, respondió:
- ¡He perdido mi casa! No sé dónde buscarla.
- No te preocupes. Vamos a buscarla juntos, respondió Lino con una sonrisa.
Lino y la ardilla comenzaron a recorrer el bosque. Preguntaron a otros animales:
- ¿Has visto la casa de la ardilla?
A pesar de que muchos no habían visto nada, cada uno ofreció su ayuda. El ciervo, la tortuga, y hasta los pájaros se unieron a la búsqueda.
- No hay nada que no podamos lograr juntos, dijo Lino, tratando de animar a la ardilla.
Después de buscar durante horas, Lino y sus amigos llegaron a un claro lleno de flores. Allí, encontraron a un grupo de castores. Cuando Lino les preguntó:
- ¿Han visto la casa de la ardilla? El castor mayor respondió:
- ¡Sí! La había visto cerca del río. Pero se cayó en el agua y se la llevaron las corrientes.
La ardilla se puso muy triste, pero Lino le dijo:
- ¡No te desanimes! Tal vez podamos construir una nueva casa juntos.
La ardilla, con nuevas esperanzas, aceptó la propuesta.
Así fue como Lino y todos los animales del bosque se reunieron para ayudar. Los castores rápidamente comenzaron a trabajar, mientras que las aves volaban a buscar ramas. El zorro trajo algunas hojas grandes, y la tortuga aportó piedras. Todos colaboraban con entusiasmo. En pocas horas, la ardilla tenía una nueva casa.
- ¡Es hermosa! exclamó la ardilla mientras saltaba de felicidad.
Lino, orgulloso de su trabajo y de la unión del grupo, sonrió.
- Lo más importante es que hemos aprendido a trabajar juntos, dijo Lino.
Sin embargo, lo que Lino no sabía era que la noticia de su bondad se había esparcido por todo el bosque. Un día, mientras cuidaba su nueva amiga, se escuchó un grito.
- ¡Ayuda! Era una joven cierva atrapada en una trampa. Lino, consciente del peligro, corrió hacia ella.
- ¡No te preocupes! ¡Voy a ayudarte! gritó mientras empujaba la trampa con todas sus fuerzas.
Junto a otros animales que se habían acercado al escuchar el grito, lograron liberar a la cierva.
- ¡Gracias, Lino! Sin ti, no hubiera podido salir, le dijo la cierva agradecida.
Desde ese día, los animales del bosque comenzaron a ver a Lino de una manera diferente. Apreciaban su valentía y bondad, y comenzaron a confiar en él.
- Haré todo lo posible para proteger a mis amigos, prometió Lino.
Pasaron los días y Lino se convirtió en un verdadero héroe entre los animales del bosque. Sin embargo, también se dio cuenta de la importancia de fomentar la ayuda mutua porque juntos podían lograr más.
- A veces, sólo un lobo bueno puede ayudar a todos, pero siempre es mejor si hay un equipo, dijo un día mientras todos los animales disfrutaban de una tarde de juegos en el claro del bosque.
Y así, Lino, el lobo bueno, se convirtió no solo en un gran amigo, sino en el protector del bosque encantado. Su valentía y su gran corazón demostraron que el amor y la amistad son más poderosos que cualquier temor.
Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.
FIN.