El lobo de la felicidad


Había una vez, en una hermosa facultad ubicada en el corazón de la ciudad, un grupo de estudiantes y profesores que vivían días llenos de alegría y aprendizaje.

Cada día, las aulas se llenaban de risas, preguntas curiosas y ganas infinitas de descubrir el mundo. Un día soleado, mientras los estudiantes disfrutaban del recreo en los jardines, llegó un lobo misterioso.

El lobo era diferente a todos los demás lobos que habían conocido antes; tenía una mirada triste y su pelaje grisáceo estaba opaco. Aunque al principio asustó a algunos con su presencia imponente, pronto se dieron cuenta de que necesitaba ayuda.

La valiente directora de la facultad decidió aagarrar al lobo y darle una oportunidad para cambiar su forma triste de ser. Todos los estudiantes estaban emocionados por esta nueva aventura y querían ayudar al lobo a encontrar su felicidad perdida. "Hola, señor Lobo", dijo Sofía, una estudiante muy curiosa.

"¿Por qué pareces tan triste?"El lobo suspiró profundamente y respondió: "Hace mucho tiempo que me siento solo y no sé cómo ser feliz como ustedes". Los estudiantes se miraron unos a otros con determinación en sus ojos.

Sabían que tenían que hacer algo para ayudarlo. Entonces comenzaron a enseñarle al lobo todas las cosas maravillosas que podían hacer juntos: pintar cuadros coloridos en clase de arte, jugar partidos divertidos en educación física e incluso aprender matemáticas jugando con números coloridos.

Poco a poco, el lobo comenzó a sonreír y su pelaje grisáceo recuperó su brillo. Descubrió que la amistad y el aprendizaje eran la clave para encontrar la felicidad.

Un día, mientras todos jugaban en los jardines de la facultad, llegó una noticia inesperada: un incendio se había desatado en uno de los edificios cercanos. Todos entraron en pánico, pero el lobo recordó algo importante. "¡No se preocupen! ¡Yo puedo ayudar!", exclamó con valentía.

El lobo corrió hacia el edificio en llamas y utilizó sus habilidades recién adquiridas para guiar a todos hacia un lugar seguro. Gracias a su valentía y conocimientos, logró salvar a todos los estudiantes y profesores atrapados.

La facultad estaba orgullosa del lobo valiente que había encontrado su verdadera esencia. Desde ese día, el lobo se convirtió en un miembro especial de la comunidad educativa y nunca más volvió a sentirse solo o triste.

Así fue como una simple facultad se convirtió en un lugar donde cada persona podía encontrar su felicidad y compartir momentos especiales con quienes le rodeaban.

La lección que aprendieron aquel día fue que incluso aquellos que parecen diferentes pueden tener mucho amor para dar si les damos una oportunidad.

Y así, la historia del lobo feliz se convirtió en leyenda dentro de esa facultad, inspirando a nuevas generaciones de estudiantes a ser valientes, compasivos y siempre buscar la felicidad no solo para ellos mismos sino también para quienes les rodean.

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