El Lobo en la Roca Colorida



En un hermoso bosque lleno de colores, un lobo llamado Lucho estaba sentado en la cima de una roca grande, mirándolo todo desde arriba. Sus patas robustas se asomaban en la parte izquierda de la ilustración, mientras abajo, los árboles florecían en tonos de verde, amarillo y rojo.

"¡Mirá cuántos colores hay!" - pensó Lucho, emocionado. En ese instante, un pequeño pájaro llamado Pico voló cerca de él.

"¡Hola, Lucho! ¿Por qué estás tan arriba?" - preguntó Pico, revoloteando emocionado.

"Quiero ver el bosque desde lo alto, ¡es tan bonito! Pero no sé si puedo bajar sin caerme" - respondió Lucho, un poco inseguro.

"No te preocupes, siempre hay una forma de hacer las cosas. Solo tenés que mirar bien y ayudar a los demás también" - dijo Pico con su pequeña voz.

Justo en ese momento, Lucho vio a un grupo de conejitos intentando entrar a una cueva que estaba tapada por un montón de ramas.

"¡Ah, no puedo quedarme aquí solo mirando!" - exclamó Lucho.

Se levantó con firmeza, y usando sus fuertes patas, comenzó a mover las ramas.

"Si necesitas ayuda, ¡solo decímelo!" - gritó Lucho a los conejitos.

Los conejitos se asomaron con cara de sorpresa.

"¡Gracias, Lucho! Somos tan pequeños que no podíamos moverlas solitos" - dijeron los conejitos al unísono.

Con el esfuerzo de Lucho, las ramas comenzaron a caer y la entrada de la cueva quedó libre.

"¡Ahora pueden entrar!" - se alegró Lucho.

"¡Vamos, chicos!" - dijo el conejito líder.

Pero de repente, escucharon un ruido fuerte.

"¿Qué fue eso?" - preguntó Pico, asustado.

El viento comenzó a soplar, y un gran arbusto se cayó justo al lado de la cueva.

"¡Hay que salir de aquí!" - gritó Lucho, recordando que tenía que ser valiente.

"Pero la cueva es nuestra nueva casa" - dijeron los conejitos asustados.

Lucho se detuvo a pensar y luego dijo:

"Si no es segura, podemos buscar otro lugar juntos. No importa, lo importante es estar unidos. ¿Qué les parece?"

Los conejitos se miraron entre sí, reflexionando sobre lo que Lucho había dicho.

"¡Sí! ¡Juntos podemos encontrar un lugar mejor!" - dijeron con entusiasmo, saltando alrededor.

Entonces, Lucho y los conejitos comenzaron a caminar por el bosque colorido, riendo y ayudándose unos a otros a encontrar un nuevo hogar.

Las piernas de Lucho se movían ágilmente y Pico volaba a su lado, disfrutando del día soleado.

Finalmente, encontraron un claro lleno de flores. "¡Este lugar es perfecto!" - exclamó uno de los conejitos.

Y así, junto a su nueva familia, Lucho aprendió que no solo era importante ver desde lo alto, sino también ayudar y caminar juntos con sus amigos en el bosque colorido.

Y desde entonces, el lobo y los conejitos jugaron, exploraron y disfrutaron de la vida juntos, siempre recordando que la amistad y la colaboración son la mayor de las historias.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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