El lobo manzanero y el Guardián del Bosque
Había una vez en un bosque encantado, un lobo muy particular. A diferencia de los demás lobos que solo comían carne, a este lobo le encantaban las manzanas.
Sí, así es, prefería morder una jugosa manzana roja y crujiente antes que cazar a otros animales. Un día, mientras paseaba por el bosque en busca de su fruta favorita, escuchó unos ruidos extraños provenientes de un arbusto cercano.
Con curiosidad se acercó y descubrió a un pequeño ratón atrapado entre las ramas. El ratón temblaba de miedo al ver al lobo acercarse. "Tranquilo, pequeño amigo. No te haré daño", dijo el lobo con voz amable.
El ratón, sorprendido por la actitud bondadosa del lobo, dejó de temblar y miró a los ojos al lobo. A partir de ese momento, se formó una inesperada amistad entre el lobo y el ratón.
Juntos recorrían el bosque en busca de aventuras, siempre con una manzana en la boca del lobo y compartiendo risas y charlas sobre sus vidas. El ratón enseñaba al lobo a apreciar las pequeñas cosas y a cuidar del bosque, mientras que el lobo protegía al ratón de cualquier peligro que pudiera acecharlo.
Un día caluroso de verano, mientras descansaban junto a un arroyo cristalino, escucharon llantos desgarradores provenientes del otro lado del bosque. Intrigados por lo que podría estar sucediendo, decidieron ir a investigar.
Al llegar al lugar indicado, vieron a una mamá cierva angustiada porque su cría había caído en un pozo profundo y no podía salir. Sin dudarlo ni un segundo, el lobo se ofreció para ayudar. Con cuidado y fuerza logró rescatar al pequeño ciervo sano y salvo.
La mamá cierva estaba tan agradecida que prometió llevarlos ante la Reina del Bosque como muestra de gratitud por tan noble gesto.
Ante la presencia majestuosa de la Reina del Bosque, todos contaron lo ocurrido y cómo el lobo había salvado al pequeño ciervo sin pedir nada a cambio.
La Reina quedó impresionada por la valentía y generosidad del lobo hacia los demás habitantes del bosque e hizo un anuncio importante: nombraría al lobo como Guardián Real del Bosque por su noble corazón y espíritu bondadoso. Desde ese día en adelante, el Lobo Guardián velaba por la seguridad y bienestar de todos los seres vivos en el bosque encantado.
Y aunque seguía disfrutando sus queridas manzanas rojas bajo la sombra de los árboles frondosos; ahora también disfrutaba compartir momentos especiales con sus amigos animales gracias a su gran corazón lleno de amor y compasión.
FIN.