El lobo que cambió mi miedo



Había una vez una niña llamada Dassy, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de bosques. A pesar de ser valiente y aventurera, tenía un gran miedo a los lobos.

Cada vez que escuchaba el aullido lúgubre de estos animales, su corazón se aceleraba y sus piernas temblaban. Un día, mientras jugaba en el jardín con su amigo Lucas, escucharon un ruido extraño proveniente del bosque. Se detuvieron y miraron hacia allí con curiosidad.

- ¿Qué crees que sea ese ruido? - preguntó Dassy nerviosa. - No lo sé, pero parece venir del bosque de los lobos - respondió Lucas con intriga en sus ojos.

Dassy sintió cómo el miedo se apoderaba de ella al pensar en los lobos. Sin embargo, algo dentro de ella le decía que debían investigar qué estaba ocurriendo. Armados con valor y determinación, Dassy y Lucas caminaron cautelosamente hacia el bosque.

A medida que avanzaban entre los árboles altos y frondosos, el sonido se volvía más fuerte y claro. Finalmente llegaron a una pequeña clara donde encontraron a un cachorro de lobo atrapado entre las ramas de un árbol caído. - ¡Pobrecito! Está asustado - dijo Dassy compadeciéndose del animalito.

- Tenemos que ayudarlo a bajar - agregó Lucas decidido. Con mucho cuidado, utilizaron ramas para crear una escalera improvisada hasta donde se encontraba el cachorro. Después de varios intentos fallidos, lograron rescatarlo y lo pusieron en el suelo.

El cachorro de lobo los miró con sus ojos tiernos y agradecidos. Dassy sintió cómo su miedo se disipaba al ver la inocencia en aquellos ojos. - Es tan pequeño y lindo - susurró Dassy acariciando al cachorro.

- Sí, no parece tan aterrador como creíamos - dijo Lucas sonriendo. Decidieron llevarlo a casa para cuidarlo hasta que estuviera lo suficientemente fuerte como para regresar al bosque. Durante ese tiempo, Dassy aprendió mucho sobre los lobos.

Descubrió que eran animales inteligentes, sociales y valientes. Con el paso de los días, el cachorro se convirtió en un hermoso lobo adulto. Dassy ya no sentía miedo cuando estaba cerca de él.

Había comprendido que no todos los lobos eran peligrosos y que cada ser vivo merece una oportunidad para mostrar quién es realmente. Un día, llegó el momento de dejar libre al lobo en su hábitat natural.

Aunque Dassy estaba triste por despedirse de su amigo animal, sabía que era lo correcto para él. Al soltarlo en el bosque, el lobo le dio un último vistazo a Dassy antes de correr hacia la libertad.

En ese instante, ambos entendieron cuánto habían crecido gracias a su amistad especial. Desde entonces, Dassy dejó atrás su miedo irracional hacia los lobos y se convirtió en una niña valiente capaz de enfrentar cualquier temor que pudiera surgir.

Y así termina esta historia, recordándonos que no debemos juzgar a los demás por su apariencia o prejuicios infundados. Todos merecemos una oportunidad para mostrar quiénes somos realmente, al igual que aquel lobo que encontró en Dassy a una amiga fiel y valiente.

FIN.

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