El lobo que quería ser oveja



Había una vez un lobo llamado Lucas que vivía en el bosque. A diferencia de otros lobos, Lucas no quería ser temido ni ser el rey del bosque. Su mayor deseo era convertirse en una oveja. Él admiraba la forma en que las ovejas jugaban juntas, pastaban tranquilas y disfrutaban de la vida sin preocuparse por nada.

Un día, mientras observaba a un grupo de ovejas, Lucas se acercó a ellas y dijo:

"¡Hola, ovejas! Me gustaría ser como ustedes. Son tan felices y nunca tienen miedo de nada."

Las ovejas lo miraron con desconfianza.

"¿Un lobo queriendo ser oveja? Eso es muy raro", dijo una de ellas que se llamaba Ovelia.

"¿No tienes miedo de lo que somos, Lucas?"

"No, en serio, de verdad solo quiero jugar y ser parte de su grupo."

Las ovejas discutieron entre ellas.

"No sé... ¿y si nos engaña?" dijo otra oveja llamada Lila.

"¡Démosle una oportunidad!", sugirió Ovelia con optimismo.

"Podemos probarlo, pero solo si promete ser bueno y jamás comernos", añadió Lila.

Lucas se emocionó.

"¡Prometo ser el mejor amigo que tengan y jamás haré daño!"

Así fue como Lucas se unió al rebaño. Las ovejas le dieron un abrigo de lana y lo hicieron parte del grupo. Al principio, todo fue muy bien. Lucas se divirtió mucho corriendo, jugando y comiendo pasto junto a sus nuevas amigas. Sin embargo, Lucas no podía ocultar su naturaleza de lobo por mucho tiempo.

Un día, mientras estaban pastando, un viento fuerte sopló y el rebaño comenzó a asustarse por las nubes oscuras que se acercaban.

"¿Qué hacemos?" gritó Ovelia, asustada.

"¡Corran, necesitamos encontrar refugio!" dijo Lila, temblando de miedo.

Lucas, al ver a sus amigas en pánico, recordó cómo había actuado como depredador en el pasado. Pero en lugar de asustar a las ovejas, decidió mostrar su verdadero valor.

"¡Chicas, cálmense!", exclamó Lucas.

"Sé que soy un lobo, pero también soy su amigo. Déjenme ayudarles a encontrar un lugar seguro."

Las ovejas lo miraron con esperanza.

"¿Realmente nos ayudarías?" preguntó Ovelia.

"Sí, confíen en mí. Sigamos juntas y les prometo que nos mantendremos a salvo."

Lucas guió al grupo hacia una cueva cercana. Una vez dentro, las ovejas se sintieron seguras, pero comenzaron a murmurar.

"¿Y si Lucas se convierte en un lobo hambriento?" dijo Lila.

"No seré más que el mejor amigo que tienen", les aseguró Lucas.

"Sé que fui un lobo antes, pero he aprendido que el verdadero valor está en la amistad y en proteger a los demás."

A la larga, las nubes se disiparon, y el sol volvió a brillar. Al salir de la cueva, las ovejas, aliviadas, le agradecieron a Lucas por su valentía.

"Lucas, no solo nos has ayudado, sino que también has demostrado que ser diferente no significa ser malo."

"Sí, todos merecemos ser aceptados por quienes somos y por nuestras acciones", añadió Ovelia.

Desde aquel día, el rebaño no solo aceptó a Lucas, sino que se convirtió en su mejor amigo y protector. A menudo se reían y jugaban juntas, y Lucas nunca olvidó que lo que realmente importa es lo que llevamos dentro.

Así, el lobo que quería ser oveja se convirtió en un recordatorio de que, sin importar nuestras diferencias, la amistad y el valor pueden unir a los más inesperados. Y aunque Lucas seguía siendo un lobo, ahora era un lobo con un gran corazón.

FIN.

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