El Lobo que Quería ser Parte de la Familia
Había una vez un chanchito llamado Pipo que hablaba tan rápido que a veces su mamá, doña Chanchita, tenía que pedirle que respirara un poco antes de hablar.
"Mamá, hoy vi algo super pero super increíble en el bosque. Había un arcoíris que parecía un puente de caramelos entre dos montañas de malvavisco" - decía Pipo emocionado.
"Eso es genial, Pipo, pero por favor, calmate un poco" - respondía doña Chanchita, sonriendo.
En el bosque cerca de su casa, vivía un lobo llamado Lolo. Lolo era un lobo grande y animal, y siempre tenía muy poco que comer. A menudo, se asomaba a la ventana de doña Chanchita para ver si podía robarles algo rico de la cocina.
Un día, mientras doña Chanchita hacía una deliciosa torta de manzana, Lolo no pudo resistir la tentación. Se acercó un poco más, pensando en cómo podría llevarse un pedazo de esa golosina.
"¡Mmm, qué olor tan rico!" - murmuró el lobo para sí mismo.
Pero Pipo lo vio y comenzó a hablar rápido como siempre:
"¡Mamá, mamá! ¡Mira, hay un lobo! ¡Él está tratando de robarnos la torta!"
Doña Chanchita, al escuchar esto, tuvo una idea. En lugar de asustarse, decidió abrir la puerta.
"¡Hola, Lolo!" - dijo ella con una sonrisa. "¿Te gustaría probar un pedazo de nuestra torta de manzana?"
Lolo se quedó sorprendido. Normalmente, la gente le tenía miedo, pero esta mamá chanchita le ofrecía comida.
"¿De verdad?" - preguntó Lolo, algo confundido.
"Claro, ven y siéntate. Y también puedes contarnos por qué quisiste robarla" - agregó doña Chanchita amablemente.
Entonces, Lolo se acercó tímidamente.
"Es que... a veces no tengo comida y me siento solo. Me parece que los chanchitos siempre tienen cosas ricas para comer" - confesó el lobo.
"Ah, yo entiendo, Lolo. Pero en vez de robar, podrías unirte a nosotros. ¡Podríamos ser amigos!" - propuso Pipo rápidamente.
"¿Amigos?" - preguntó el lobo, inseguro.
"Sí, exactamente" - intervino doña Chanchita. "Todos merecemos una segunda oportunidad. Ven, prueba un poco de esta torta y charlamos un rato".
Lolo se sentó, probó la torta y le encantó.
"¡Es la mejor torta que probé en mi vida!" - exclamó, su voz llenando la habitación. "Gracias, gracias, gracias" - siguió Pipo, haciendo que Lolo se riera.
Desde ese día, Lolo comenzó a visitar a Pipo y a doña Chanchita con frecuencia. Un día, Pipo le dijo:
"Lolo, ¿por qué no vives con nosotros? Eres divertido y siempre podemos compartir la comida".
Doña Chanchita, viendo lo feliz que estaba su hijo, estuvo de acuerdo.
"Sí, Lolo, ¿te gustaría formar parte de nuestra familia?"
El lobo no podía creer lo que oía.
"¿De verdad? ¡Sí!" - respondió, saltando de alegría.
Con el tiempo, Lolo se convirtió en un miembro querido de la familia. Hacían picnics en el bosque, cocinaban juntos y siempre compartían las golosinas.
Una tarde, mientras estaban sentados bajo un árbol, Pipo dijo algo importante:
"Es genial tener a Lolo con nosotros, pero también aprendemos que no debemos juzgar a los demás por su apariencia, ¿verdad mamá?"
"Exactamente, querido, siempre hay que mirar el corazón de los otros" - respondió doña Chanchita.
Y así, Pipo, doña Chanchita y Lolo vivieron felices, disfrutando de la comida, la amistad y la familia, demostrando que, a veces, la bondad puede cambiar incluso los corazones más grandes y animals.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.