El lobo redimido



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Sasha. Sasha era muy curiosa y siempre estaba buscando aventuras emocionantes.

Un día, mientras jugaba en el bosque cercano a su casa, se encontró con Caperucita Roja. Caperucita Roja le contó a Sasha que su abuela vivía al otro lado del bosque y que solían pasar mucho tiempo juntas. Pero últimamente, la abuela había estado enferma y no podía salir de su casa.

Sasha sintió mucha empatía por Caperucita Roja y decidió ayudarla a llevarle comida a su abuela todos los días. Juntas, prepararon una canasta llena de frutas frescas y deliciosos pasteles caseros.

Un día, mientras caminaban por el bosque hacia la casa de la abuela, escucharon un ruido extraño proveniente de los arbustos. De repente, apareció un lobo hambriento. "¡Oh no! ¡Un lobo!"- exclamó Caperucita Roja asustada. Pero para sorpresa de todos, el lobo no parecía malvado ni agresivo.

Tenía una mirada triste en sus ojos y parecía desesperado por encontrar algo de comer. Sasha se acercó al lobo con cautela y notó que tenía heridas en las patas. Parecía haberse lastimado mientras cazaba.

"Pobre lobo"- dijo Sasha compasivamente-, "parece necesitar ayuda". Decidida a hacer lo correcto, Sasha tomó algunas vendas del bolsillo de su mochila e intentó cuidar las heridas del lobo. El lobo, agradecido, le permitió hacerlo sin mostrar ninguna señal de agresividad.

Mientras curaba al lobo, Sasha recordó que tenía comida en la canasta y decidió compartirla con él. Los tres se sentaron juntos y disfrutaron de una comida deliciosa.

El lobo les contó su historia: solía ser un lobo solitario y malvado, pero después de herirse las patas, se dio cuenta de lo difícil que era sobrevivir solo en el bosque. Había cambiado su forma de ser y estaba buscando una oportunidad para redimirse.

Sasha sintió compasión por el lobo y tuvo una idea brillante. Decidió llevar al lobo a la casa de la abuela para que pudiera vivir allí con ella.

Cuando llegaron a la casa de la abuela, Caperucita Roja estaba preocupada por cómo reaccionaría su abuela al ver a un lobo en su hogar. Pero para sorpresa de todos, la abuela sonrió cuando vio al lobo herido acompañado por Sasha y Caperucita Roja.

La abuela explicó que había pasado mucho tiempo reflexionando sobre el perdón y la redención. Les dijo a los tres que todos merecían segundas oportunidades si estaban dispuestos a cambiar y aprender del pasado.

A partir de ese día, Sasha visitaba regularmente a la abuela junto con Caperucita Roja y el lobo rehabilitado. Juntos pasaban tiempo compartiendo historias e incluso aprendieron algunos trucos nuevos del antiguo cazador convertido en amigo.

Esta historia nos enseña que no debemos juzgar a los demás por su apariencia o pasado, sino que debemos darles una oportunidad para demostrar que pueden cambiar y ser mejores. También nos muestra la importancia de cuidar y ayudar a los demás, incluso si son diferentes a nosotros.

Y así, Sasha, Caperucita Roja, la abuela y el lobo vivieron felices para siempre, recordando siempre el poder del perdón y la amistad verdadera.

FIN.

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