El lobo robot y el misterio en el monte de nieve



En un bosque encantado, vivía un lobo llamado Tomás que siempre había soñado con explorar el monte de nieve que se veía desde lejos. Sin embargo, todos los lobos del bosque le decían que era peligroso y que debía quedarse en la seguridad del bosque. Pero un día, Tomás decidió construir un cuerpo de robot para protegerse y así fue como se convirtió en el primer lobo robot del mundo. Con su nuevo cuerpo metálico, se dirigió emocionado hacia el monte de nieve.

Al llegar al monte, se encontró con un árbol muy sabio que le dijo: -¿Qué hace un lobo robot por estos lares, preguntó el árbol sorprendido. -Estoy buscando aventuras y respuestas, respondió Tomás. -Bien, el monte de nieve esconde un misterio que solo los valientes pueden descifrar. Deberás enfrentarte a pruebas y desafíos para encontrarlo, advirtió el árbol.

Tomás aceptó el desafío y se adentró en el monte. Pronto se encontró con la nieve que no era como la del bosque. Tenía colores brillantes que cambiaban con el reflejo del sol. De repente, escuchó una voz melodiosa que le pidió ayuda. Era un montón de nieve que se había convertido en una criatura gracias a la magia del monte. -Por favor, ayúdame a volver a la normalidad, suplicó la criatura de nieve. Tomás sabía que ayudar a los demás era importante, así que se dispuso a buscar una solución.

Después de recorrer el monte, encontró una fuente de agua pura. Recordó lo que le había dicho el árbol sabio y decidió llevar un poco de agua hasta la criatura de nieve. Al ver el gesto de Tomás, la criatura comenzó a derretirse y a recuperar su forma original. -¡Gracias, lobo robot! Has demostrado ser valiente y solidario, exclamó la criatura con alegría.

De repente, el monte de nieve comenzó a brillar y el misterio que escondía se reveló ante los ojos de Tomás. Era un antiguo tesoro que había estado protegido por la magia del monte. Con el tesoro en sus manos, Tomás regresó al bosque, donde todos lo recibieron como un héroe. A partir de ese día, inspiró a los demás a ser valientes, amables y solidarios, y siempre recordaban la aventura del lobo robot en el monte de nieve.

FIN.

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