El lobo y el camello
Había una vez en el desierto, un lobo llamado Lucas que estaba hambriento y buscaba algo para comer. Se encontró con un grupo de camellos que pasaba tranquilamente por allí.
Lucas pensó que sería genial cazar a uno de esos grandes y lentos animales para saciar su apetito. - ¡Hola, camellos! - exclamó Lucas acercándose. - ¿A dónde van tan tranquilos? - Vamos a buscar agua en el oasis - respondió el camello mayor.
- ¿Y tú, lobo? - preguntó un camello curioso. - Yo también soy un buscador de tesoros. Pero me temo que no encontraré tesoros si no como algo pronto - dijo Lucas con una sonrisa siniestra.
Los camellos se miraron entre sí, nerviosos, pero el camello mayor se acercó a Lucas con calma. - Escucha, Lucas. Sabemos que eres un lobo y que tu instinto te dice que nos caces, pero antes de hacerlo, permítenos contarte una historia.
Era una vez un lobo solitario que, cansado de perseguir siempre a otros, decidió cambiar su forma de ser. Este lobo se transformó en un guardián del desierto, protegiendo a los animales más débiles y asegurándose de que todos tengan suficiente comida y agua.
Este lobo se convirtió en una leyenda, respetado y querido por todos. Y desde entonces, el desierto fue un lugar más seguro y armonioso para todos. - Esa es una linda historia, pero ¿cómo puedo cambiar mi forma de ser? - preguntó Lucas, intrigado.
- Es simple, comienza por comprender que la empatía y la cooperación pueden traer mucho más beneficio que la caza despiadada.
Si te unes a nosotros, te enseñaremos a vivir en armonía con los demás animales del desierto - respondió el camello mayor. Lucas reflexionó sobre las palabras del camello y decidió darle una oportunidad a esta nueva forma de vida. Aprendió a cazar en forma responsable, a compartir con los demás animales y a proteger su hogar.
Con el tiempo, Lucas se convirtió en un amigo leal y valioso para todos los habitantes del desierto, ganándose el cariño y la admiración de cada uno de ellos.
Y así, el desierto se llenó de historias de amistad, compañerismo y solidaridad, gracias a la decisión de un lobo de cambiar su forma de ser.
Desde ese día, Lucas y los camellos se convirtieron en los guardianes del desierto, enseñando a todos que la cooperación y el respeto son fundamentales para vivir en armonía.
FIN.