El lobo y el niño en el bosque


Había una vez un niño llamado Luhan que vivía en un pequeño pueblo rodeado de un hermoso bosque. A Luhan le encantaba salir a explorar y descubrir todos los secretos que escondía la naturaleza.

Un día, mientras paseaba por el bosque, escuchó un débil llanto proveniente de entre los árboles. Siguió el sonido y se encontró con un pequeño perrito lobo, asustado y solitario. Sin dudarlo, Luhan decidió acercarse para ayudarlo.

El perrito lobo miró a Luhan con ojos tristes y suplicantes. El niño pudo ver que estaba herido y necesitaba ayuda urgente. Con mucho cuidado, lo tomó en sus brazos y lo llevó a su casa.

Luhan decidió llamar al perrito lobo —"Rocky"  porque era fuerte como una roca pero también tierno como una mascota. Desde ese momento, Rocky se convirtió en el mejor amigo de Luhan. Juntos exploraban el bosque, jugaban en el jardín e incluso dormían abrazados todas las noches.

Pero un día, Rocky comenzó a sentirse muy enfermo. No quería jugar ni comer, solo se quedaba acostado sin energías. Preocupados por su amigo animal, la familia de Luhan decidió llevarlo al médico veterinario del pueblo.

"Doctora, mi amigo Rocky está muy enfermo ¿Podrá ayudarlo?"- preguntó Luhan angustiado. La doctora examinó detenidamente a Rocky y explicó que tenía una infección muy grave debido a sus heridas anteriores.

Pero también le aseguró a Luhan que, con el tratamiento adecuado y mucho amor, Rocky podría recuperarse. Luhan y su familia siguieron todas las indicaciones de la doctora. Le daban las medicinas en el horario correcto, lo alimentaban con comida saludable y le brindaban todo su cariño.

A pesar del miedo y la incertidumbre, nunca dejaron de tener esperanza. Día tras día, Rocky mostraba pequeñas mejoras. Su pelaje volvía a brillar y poco a poco recuperaba su energía.

Luhan no cabía de felicidad al ver cómo su amigo se iba sanando gracias a los cuidados dedicados de toda su familia. Finalmente, llegó el día en que Rocky se levantó lleno de vitalidad y con una sonrisa en su rostro perruno.

Estaba completamente sano y listo para volver a disfrutar de sus aventuras junto a Luhan. Desde aquel episodio, Luhan aprendió la importancia de cuidar a los seres queridos cuando están enfermos.

Aprendió que el amor y la atención pueden hacer milagros, incluso en los momentos más difíciles. Luhan siguió explorando el bosque junto a Rocky durante muchos años más. Siempre recordaron aquellos días difíciles pero llenos de esperanza que les enseñaron que juntos podían superar cualquier adversidad.

Y así, entre risas y juegos, Luhan y Rocky demostraron al mundo que una amistad verdadera puede superar cualquier obstáculo ¡y vivieron felices por siempre! Fin

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