El lobo y la lección de la chirimoya



En el bosque vivía un lobo llamado Lucas. A diferencia de otros lobos, a Lucas no le gustaba cazar conejos ni ovejas, lo que más disfrutaba era comer chirimoya, una fruta deliciosa que encontraba en los árboles.

Sin embargo, tenía un gran problema: detestaba las rosas. No soportaba su aroma ni su color, y siempre buscaba evitarlas. Un día, mientras paseaba por el bosque, se topó con un hermoso rosal.

En lugar de alejarse, decidió acercarse para verlo mejor, pero mientras lo miraba, comenzó a hablar consigo mismo. -Qué rosas más feas, con lo hermosas que son las chirimoyas, ¿por qué existen las rosas? -dijo en voz alta.

De repente, ¡ouch! Se pinchó con una espina y su dedo comenzó a sangrar. Lucas aprendió una gran lección: no por odiar las rosas debía menospreciarlas. A partir de ese día, el lobo comprendió que cada ser en el bosque, incluyendo las rosas, tenía su propia belleza y valor.

Además, aprendió a no hablar mientras exploraba el bosque para evitar accidentes. Lucas continuó disfrutando de las chirimoyas, pero este incidente lo hizo más sabio y comprensivo con su entorno.

FIN.

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