El lobo y la niña valiente
Había una vez en el bosque encantado de Argentina, una pequeña niña llamada Caperucita. Era valiente y curiosa, siempre dispuesta a descubrir nuevas aventuras.
Un día, su mamá le pidió que llevara una cesta con comida a su abuelita que vivía al otro lado del bosque. Caperucita se despidió de su mamá y comenzó a caminar por el sendero. Mientras avanzaba entre los árboles, escuchó un ruido extraño.
Se detuvo y vio algo que nunca antes había visto: ¡un lobo! Pero no era un lobo común y corriente, tenía unos ojos grandes y tristes. - Hola, pequeña Caperucita -dijo el lobo con voz amable-.
¿A dónde vas tan temprano? - Voy a visitar a mi abuelita -respondió Caperucita con cautela-. ¿Y tú? ¿Por qué tienes esos ojos tan tristes? El lobo suspiró y explicó: -Soy conocido como "el Lobo Triste". Todos en el bosque me temen porque creen que soy malvado.
Pero en realidad solo quiero hacer amigos. Caperucita sintió compasión por el Lobo Triste y decidió darle una oportunidad. Juntos continuaron caminando hacia la casa de la abuelita. Mientras tanto, en la casa de la abuelita, algo inesperado estaba ocurriendo.
La abuelita se había transformado en un lobo debido a un hechizo mágico lanzado por una bruja malvada del bosque. Cuando Caperucita llegó a la casa, encontró la puerta abierta y decidió entrar.
Pero en lugar de encontrar a su abuelita, se encontró con el Lobo Triste disfrazado. - ¡Hola Caperucita! -dijo el lobo disfrazado con una sonrisa-. Tu abuelita no está aquí, pero puedo ayudarte a encontrarla. Caperucita sintió que algo no estaba bien.
Observó detenidamente al lobo disfrazado y notó que sus ojos eran diferentes a los del Lobo Triste.
Sin pensarlo dos veces, le preguntó:- ¿Dime, lobo falso? ¿Por qué tienes esos ojos tan diferentes? El lobo falso se puso nervioso y reveló su verdadera identidad: era la bruja malvada que había transformado a la abuelita en un lobo. - ¡Quería asustarte para siempre! -exclamó la bruja mientras lanzaba un hechizo hacia Caperucita.
Pero justo en ese momento apareció el Lobo Triste y saltó sobre la bruja, salvando a Caperucita. Juntos lograron vencer a la bruja malvada y deshacer el hechizo. Caperucita finalmente encontró a su abuelita convertida en un lobo amigable.
Los tres se abrazaron emocionados y prometieron ser amigos para siempre. Desde aquel día, Caperucita visitaba regularmente al Lobo Triste y a su abuelita loba. Aprendieron que las apariencias pueden engañar y que es importante dar oportunidades para conocer realmente a las personas antes de juzgarlas.
Y así vivieron felices todos juntos, recordando siempre que la amistad verdadera puede surgir en los lugares más inesperados.
FIN.