El lorito que quería nadar
Había una vez en lo profundo de la selva, un lorito llamado Pepe. Pepe era un lorito alegre y curioso, pero siempre se sentía un poco triste.
Un día, mientras observaba a los peces nadar en el río, Pepe suspiró y soltó una lágrima. -¿Qué te pasa, Pepe? –le preguntó su amiga la mariposa. -Siento que me falta algo, algo que me haga tan feliz como a los peces cuando nadan –respondió el lorito.
La mariposa, con una brillante idea, le dijo: -¡Deberías intentar nadar como los peces! Esa misma tarde, Pepe se acercó al río con mucha determinación. Al principio, le costó mucho trabajo, pero con el tiempo y la práctica, Pepe se convirtió en un experto nadador.
Cada vez que se sumergía en el agua, una sensación de alegría lo invadía y una lágrima de felicidad recorría su rostro. Pepe ya no se sentía triste, porque había descubierto su pasión: nadar.
Los demás animales de la selva admiraban la valentía y perseverancia de Pepe, y pronto todos querían aprender a nadar también. Pepe se convirtió en el maestro de natación de la selva, enseñando a sus amigos a superar sus miedos y a descubrir nuevas pasiones.
Desde entonces, cada rincón de la selva resonaba con risas y el chapoteo de los animales que disfrutaban del agua. Pepe se había convertido no solo en un nadador experto, sino también en el amigo más querido de todos.
Y es que, al final, Pepe había descubierto que la verdadera felicidad estaba en seguir sus sueños y ayudar a los demás a encontrar los propios.
FIN.