El loro cantautor de la selva
Había una vez, en la profunda selva argentina, un concurso de canto que llenaba de emoción a todos los animales. La selva estaba vibrante de color y sonido, y cada año los animales se reunían para escuchar a los mejores cantores del lugar. Este año, el evento traía una gran expectativa porque un nuevo competidor iba a participar: un loro que todos conocían como Lolo.
Lolo no era un loro común. Su pasatiempo favorito era cantar tangos. Con su pico amarillo, le gustaba componer canciones que hablaban de la vida, del amor y de las cosas simples. La lora, Lili, era una espectadora habitual del concurso y, desde que escuchó a Lolo por primera vez, su corazón se llenó de admiración por ese loro especial.
- “Hoy es un gran día”, le dijo un tucán a Lili. “¿Estás lista para escuchar a los concursantes? ”
- “Sí, pero tengo un presentimiento. Creo que Lolo irá a dejar a todos con la boca abierta”, respondió Lili mientras su corazón saltaba de emoción.
El concurso comenzó y los otros animales se turnaron para mostrar su talento. Había un sapo que hizo reír a todos con su interpretación de un canto alegre y un jaguar que deslizó su voz suave como un susurro. Pero cuando llegó el turno de Lolo, todo cambió. Los árboles parecían inclinarse hacia él, como si también quisieran escuchar.
Lolo subió a una roca y respiró hondo. Su primer tango sonó por la selva:
- “Yo canto por el río, yo canto por el mar, el amor tiene caminos, que te llevan a soñar...”
La melodía llenó el aire, y los animales se quedaron en silencio, cautivados por la belleza de su voz. Lolo cantó sobre el anhelo y la vida, en un tono tan melancólico que incluso el tigre, que siempre estaba serio, no pudo evitar dejar una lágrima caer.
Cuando terminó, la selva estalló en aplausos y vítores.
- “¡Bravo, Lolo! ¡Eres un genio! ”, gritó el mono.
- “¡Sos el mejor cantor de todos los tiempos! ”, aclamó el búho con su sabiduría nocturna.
Al final del concurso, se anunciaron los ganadores.
- “Y el primer lugar, el gran cantor de la selva, es... ¡Lolo! ”
Los animales saltaron de alegría. Lolo sonrió, pero había una preocupación en sus ojos. Sabía que no solo había ganado un trofeo, sino que su corazón palpitaba por Lili. Con el trophy en su pico, dio un paso adelante.
- “Quiero dedicar mi victoria a ti, Lili. Sin tu apoyo, esto no sería lo mismo. ¿Te gustaría bailar un tango conmigo? ”
Lili, sorprendida y emocionada, aceptó con un ligero color en sus mejillas.
- “Sí, Lolo, me encantaría.”
Los dos comenzaron a bailar entre los aplausos de la selva, mientras la luna se asomaba en el cielo. A la mañana siguiente, el sol empezó a brillar de una manera especial.
Pero, al poco tiempo, un problema apareció en el horizonte. Un grupo de comerciantes llegó a la selva buscando árboles raros para vender. Se proponían talar una parte de la selva para hacer un camino.
- “¡No podemos dejar que esto suceda! ”, exclamó Lili, preocupada.
- “Debemos hacer algo para proteger nuestro hogar”, añadió Lolo, decidido a actuar.
Los animales se unieron para impedir la taladura. Lolo decidió organizar un gran concierto para recaudar fondos y crear conciencia sobre la importancia de preservar la selva.
- “¡Cantaré lo que adoro! No solo por mí, sino también por nuestra casa”, dijo.
La selva se preparó para el gran evento y Lolo se convirtió no solo en el mejor cantor, sino también en un líder. Su voz resonó una vez más en la selva:
- “La selva es vida, la selva es hogar, un lugar de amor que no podemos dejar de cuidar.”
El concierto fue un éxito y todos los animales cantaron y bailaron juntos. Al final de la jornada, los comerciantes se fueron, entendiendo que la selva no debía ser destruida.
- “Gracias, amigos. Hoy demostramos que unidos somos más fuertes”, dijo Lolo, sonriendo a Lili.
- “No solo eres un gran cantor, sino también un gran amigo”, respondió Lili, con los ojos brillantes de felicidad.
Con el tiempo, el amor entre Lolo y Lili creció, y formaron un dúo inseparable.
- “¿Cómo me siento al ser el loro más afortunado de la selva? ” preguntó Lolo.
- “El amor y la música siempre encontrarán la forma de unirnos”, respondió Lili con dulzura.
Y así, en la selva, un loro que cantaba tangos, con canciones melancólicas sobre la vida, no solo conquistó a su lora, sino que también se convirtió en un héroe de su hogar, enseñando a todos que los sueños y el amor pueden cambiar el mundo. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.