El Lunes Mágico de Tortas Fritas



Era un lunes nublado en la escuela Manuel Belgrano. El cielo estaba cubierto de nubes grises y la lluvia caía sin parar. Los alumnos de cuarto grado, a pesar de que el pronóstico del tiempo no parecía muy bueno, se encontraban llenos de energía y entusiasmo. Los chicos, aunque un poco desanimados por el clima, estaban ansiosos por el inicio de una nueva semana de aprendizaje y aventuras.

Ese día, la maestra Laura había planeado una actividad muy especial: iban a aprender sobre recetas tradicionales argentinas. Sin embargo, la lluvia provocó que algunos de los chicos comenzaran a quejarse.

- “¡Ay, qué aburrido! Más vale quedarnos en casa viendo tele que venir a la escuela con este día horrible”, dijo Tomi, soltando un largo suspiro.

- “No, Tomi, ¡esto va a ser genial! Además, vamos a cocinar tortas fritas”, contestó Valen, que siempre encontraba el lado positivo de las cosas.

La maestra Laura sonrió al escuchar a Valen.

- “Así es, chicos. El clima no nos detendrá. ¡Hoy haremos tortas fritas! ”, anunció entusiasmada.

Sin embargo, un estruendo de trueno retumbó en el cielo. Todos se miraron con preocupación.

- “¿Y si se corta la luz? ¿Qué vamos a hacer entonces? ”, preguntó Lucía, temando que la tormenta pudiera arruinar la actividad.

La maestra Laura reflexionó por un momento y luego dijo:

- “Si eso pasa, simplemente adaptaremos nuestra actividad. Siempre hay una manera de hacer que las cosas funcionen”.

Los chicos, aunque un poco turbados, sintieron que las palabras de su maestra les daban un rayo de esperanza. Así que se pusieron manos a la obra. La maestra les explicó los ingredientes y antes de empezar con la receta, les habló de la historia detrás de las tortas fritas.

- “Las tortas fritas son un alimento típico de nuestro país, especialmente en días de lluvia”, les explicó mientras reparaban la mesa de trabajo.

- “Se dice que son un símbolo de la calidez del hogar y la unión familiar. ¿Quién quiere recordar una anécdota sobre un día lluvioso? ”

- “Cuando llueve, mi abuela siempre hace tortas fritas y nos reunimos todos en la cocina”, contó Valen.

- “¡A mí me pasa lo mismo! ”, exclamó Tomi.

La maestra Laura los animó a hablar sobre sus recuerdos y pronto la clase se llenó de historias y risas. Mientras la lluvia seguía cayendo, los alumnos comenzaron a mezclar la harina y el agua. Por un momento, el sonido del lluvia se mezcló con el de sus risas y la magia de la cocina.

Pero, de repente, ¡se cortó la luz! Las sombras invadieron el aula y los chicos comenzaron a gritar.

- “¡Nooo! ”, gritó Lucía.

La maestra Laura, con calma, les dijo que no se preocuparan.

- “Vamos a seguir con el plan. Siempre podemos encontrar la manera de adaptarnos“, les aseguró.

Sacaron linternas de sus mochilas, y la luz temblorosa iluminó el aula.

- “Vamos a hacer una competencia: quien logre hacer la mejor torta frita, gana un premio especial”, propuso la maestra.

Los niños, emocionados, se pusieron a trabajar en equipo, cada grupo formado por diferentes compañeros. Mientras mezclaban ingredientes, algunos comenzaron a compartir más anécdotas. El aula, una vez más, llenó de risas. La lluvia seguía cayendo, pero ya no se escuchaba el desánimo, sino el sonido de los niños disfrutando.

Al finalizar, todos sacaron sus tortas fritas del aceite y las colocaron en un plato.

- “¡Ahora a probarlas! ”, dijo la maestra, y cada uno tomó un bocado de sus creaciones. El sabor de las tortas fritas, doradas y crujientes, fue el broche de oro de un día que, aunque comenzó nublado, terminó lleno de luz y alegría.

Cuando la luz regresó, el aula estalló en aplausos.

- “Chicos, fíjense lo que logramos. No importó la lluvia ni la falta de luz, ¡nos adaptamos y lo pasamos genial! ”, exclamó la maestra.

¡Y así fue como aquel lunes lluvioso se convirtió en un día mágico! A partir de ese momento, todos los chicos aprendieron que, a veces, las situaciones que parecen malas pueden convertirse en grandes aventuras, solo hay que tener un poco de creatividad y compañerismo. Y por supuesto, siempre es buen momento para disfrutar de unas ricas tortas fritas.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!