El Maestro Sombra y la Timidez de Sofía


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Solbrillo, un Maestro Sombra muy especial llamado Lucas.

Lucas era conocido por su habilidad para acompañar a los niños y niñas en sus momentos más difíciles, cuando se sentían tristes, asustados o confundidos. Un día, llegó al colegio de Solbrillo una niña llamada Sofía. Sofía era muy tímida y le costaba hacer amigos.

La maestra notó que Sofía pasaba la mayoría del tiempo sola en el recreo, mirando tristemente a los otros niños jugar y reír juntos. Al ver esto, la maestra decidió pedir ayuda a Lucas, el Maestro Sombra. "Lucas, necesitamos tu ayuda con Sofía.

Parece estar pasando por un momento difícil y no sabemos cómo ayudarla", dijo la maestra con preocupación. "No te preocupes, maestra. Haré todo lo posible por acompañar a Sofía y ayudarla a sentirse mejor", respondió Lucas con calma.

Esa misma tarde, Lucas se acercó a Sofía mientras dibujaba en un rincón del patio. "Hola Sofía, soy Lucas. ¿Te gustaría que charlemos un rato?" preguntó amablemente. Sofía levantó tímidamente la mirada y asintió con una pequeña sonrisa.

Durante días, Lucas pasó tiempo con Sofía escuchándola atentamente, jugando juegos divertidos e incentivándola a participar con los demás niños en las actividades del colegio. Poco a poco, Sofía comenzó a abrirse más, ganando confianza en sí misma y haciendo nuevos amigos.

La tristeza que solía reflejar su rostro fue reemplazada por la alegría de compartir momentos felices junto a sus compañeros. Un mes después de la llegada de Sofía al colegio de Solbrillo, se organizó un festival donde todos los niños presentarían una obra de teatro corta.

Sofía estaba emocionada pero también nerviosa por actuar frente a tanta gente. "Tranquila Sofía, sé que puedes hacerlo maravillosamente bien", le dijo Lucas antes de salir al escenario.

Con el apoyo de Lucas y sus amigos, Sofía subió al escenario y actuó con tanto entusiasmo y talento que recibió una ovación de pie al finalizar la obra.

Desde ese día en adelante, Sofía siguió creciendo feliz y segura de sí misma gracias al acompañamiento especializado de Lucas y al cariño incondicional de sus nuevos amigos en el colegio de Solbrillo. Y colorín colorado este cuento ha terminado; pero recuerda siempre que tener alguien como el Maestro Sombra puede iluminar incluso los días más oscuros. ¡Fin!

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