El maestro valiente
Había una vez, en el pequeño pueblo de Guanarito, un joven maestro llamado Yépez. Llegó al lugar con muchas ganas de enseñar y ayudar a los niños a aprender.
Pronto se hizo muy querido por sus alumnos, quienes disfrutaban mucho de sus clases. El maestro Yépez tenía una habilidad especial para enseñar la escritura y la lectura. Sus alumnos aprendían rápidamente y se sentían muy orgullosos de sus logros.
Pero había algo más que comenzaba a ocupar los pensamientos del joven maestro: María de la Paz, una hermosa llanera del pueblo. María era conocida por su belleza y su carácter recio. Tenía un corazón noble y siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás.
El maestro Yépez se enamoró perdidamente de ella desde el primer día que la vio montando a caballo por las llanuras. Decidido a conquistar el corazón de María, el maestro Yépez decidió visitarla en su hogar.
Montó en su caballo y se dirigió hacia la casa donde vivía María junto a su familia. Sin embargo, en el camino se encontró con un enorme tigre que bloqueaba su paso. El tigre mostraba sus afilados dientes y gruñía amenazante.
El maestro Yépez sabía que debía encontrar una solución rápida si quería llegar hasta María sin ponerse en peligro. En ese momento recordó lo aprendido durante sus años como educador: "La inteligencia siempre es más poderosa que la fuerza".
Decidió entonces utilizar su ingenio para enfrentarse al temible tigre. El maestro Yépez se acercó al tigre y comenzó a hablarle con calma: "Amigo tigre, sé que estás protegiendo este camino, pero te aseguro que no quiero hacerte daño.
Solo deseo llegar hasta la casa de María de la Paz para verla". El tigre lo miró con curiosidad y bajó un poco su guardia.
El maestro Yépez continuó hablando: "Si me permites pasar sin hacerme daño, prometo regalarte algo muy especial en agradecimiento por tu amabilidad". El tigre pareció pensarlo por un momento y finalmente asintió con la cabeza.
El maestro Yépez sacó de su bolsillo una libreta y un lápiz y comenzó a dibujar el rostro del tigre con gran detalle. Una vez terminado, le entregó el retrato al animal. El tigre quedó sorprendido al verse reflejado en aquel dibujo tan realista.
Agradecido por el regalo, decidió dejar pasar al maestro Yépez sin ponerle ninguna traba. Así, el joven educador pudo llegar hasta la casa de María de la Paz. Le contó sobre su encuentro con el tigre y ella quedó maravillada por la valentía e inteligencia del maestro.
A partir de ese día, el amor entre ellos creció cada vez más fuerte. Juntos enfrentaron muchos desafíos y siempre encontraron soluciones utilizando su ingenio y sabiduría.
Y así fue como el maestro Yépez logró conquistar no solo los corazones de sus alumnos en Guanarito, sino también el corazón de la hermosa María de la Paz. Juntos, continuaron enseñando y aprendiendo, demostrando que el amor y el conocimiento pueden superar cualquier obstáculo. Y colorín colorado, esta historia se ha acabado.
FIN.