El Mágico Amor entre Estigia y Perceus



Había una vez en un reino lejano, un joven mago llamado Perceus Black, quien tenía una peculiaridad: ¡adoraba el color azul! Su túnica, sus varitas, incluso sus comidas se presentaban de mil y un tonos de azul. Desde arandanos azules en su desayuno hasta ravioles de masa azul en el almuerzo, Perceus vivía en un mundo casi completamente azul.

Perceus también estaba enamorado de Estigia, una hermosa hechicera con el cabello como la noche estrellada y un corazón tan cálido como el sol. Estigia, que también era una gran maga, sentía lo mismo por Perceus. Juntos, exploraban el bosque azul que llevaban habitando, creando hechizos, historia y magia a su alrededor.

Sin embargo, su amor no era bien visto por todos. Zeus, el dios de los cielos, miraba esta relación con recelo. "¿Por qué un mago de la tierra se atreve a amar a una hechicera? Esto no puede ser bueno", murmuraba él mientras observaba desde las nubes.

Zeus decidió intervenir y lanzó un hechizo que transformó toda la comida de Perceus en un tono gris, matando toda su pasión por el azul de un solo golpe. "¡No! ¡Mi azul! ¿Qué ha pasado?", gritó Perceus, mientras miraba su plato gris lleno de comida insípida.

Estigia, al ver la tristeza en el rostro de su amado, decidió que debía ayudarlo. "No te preocupes, amor, hay formas de restaurar nuestra esencia azul. Debemos ir a buscar el Espejo del Arcoíris, que se encuentra en las profundidades del bosque encantado. Allí podremos ver la verdad y romper el hechizo de Zeus", dijo con determinación.

Los dos partieron, enfrentándose a muchos desafíos en su camino. Atravesaron ríos brujos, se encontraron con criaturas fantásticas y, en cada obstáculo, su amor y su ingenio los llevaron a superarlo. Cuando llegaron ante el Espejo del Arcoíris, lo que vieron fue sorprendente: la imagen reflejada mostraba a Zeus, encadenado a su negatividad y celos. "¡Espera, Zeus!", exclamó Estigia. "Esto no es lo que quieres. Tu resentimiento está atando a tu corazón, soltálo. ¡Deja que el amor entre nosotros fluya!"

Zeus, sorprendido al escuchar las palabras de Estigia, comenzó a reflexionar. "Tal vez he estado equivocado. El amor debería ser libre, pues es lo que mantiene la magia viva. He dejado que mis celos me controlen", admitió.

Al decir esto, el hechizo se desvaneció y el color azul volvió a invadir los corazones de Perceus y Estigia, así como el mundo que lo rodeaba. La comida, que se había vuelto gris, brilló nuevamente en su hermoso azul.

Con una nueva luz, Zeus les sonrió. "Ahora veo que el amor verdadero puede romper cualquier barrera. Estoy orgulloso de vos, Perceus. Y espero que siempre mantengan su amor brillante como el azul."

Agradecidos por esta nueva lección, Perceus y Estigia prometieron compartir su amor y magia no solo entre ellos, sino con todos en el reino. Desde ese día, el bosque volvió a ser azul, las comidas siempre estaban impregnadas de colores vibrantes, y su amor se convirtió en un símbolo de respeto y libertad, inspirando a otros a amar sin miedo.

Así, vivieron felices durante muchos años, recordando siempre que el amor es una magia que debe ser celebrada, no restringida.

FIN.

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