El mágico mecanismo de coherencia



Había una vez en un mundo lleno de letras y signos, donde los puntos y las comas vivían en constante desorden. Un día, el sabio punto y coma tuvo una idea brillante.

Convocó a todos los signos puntuales para crear un mecanismo que ayudara a mantener la coherencia en el mundo de las palabras. Juntos, construyeron la Máquina de Coherencia, un artefacto mágico que alineaba las frases y párrafos para dar sentido a todas las historias.

La Máquina funcionaba con el poder del amor y la cooperación, ya que cada signo aportaba su propia chispa romántica para mantenerla en marcha.

La coma y el punto se unían para marcar el ritmo de las historias, el guion bajo sostenía la estructura, y el punto y coma era el encargado de dar pausas meditadas. Juntos, trabajaban en armonía para crear relatos emocionantes y coherentes. Sin embargo, un día, el punto se desenamoró de la coma y decidió irse por su cuenta.

La Máquina de Coherencia comenzó a fallar, las historias perdieron su sentido y el caos se apoderó del mundo de las letras.

Los demás signos puntuales se dieron cuenta de que su amor propio y cooperación eran esenciales para mantener el equilibrio. Entonces, se unieron para rescatar al punto y convencerlo de regresar. Con amor, paciencia y valiosas lecciones aprendidas, lograron restaurar el romanticismo y la armonía en la Máquina de Coherencia.

Desde ese día, todos los signos puntuales trabajaron juntos, entendiendo que su amor y cooperación eran fundamentales para que las historias cobraran vida con coherencia y emoción.

FIN.

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