El mágico mundo de las verduras



En un pequeño pueblo rodeado de montañas, vivía un niño llamado Tomás. Tomás era un niño muy curioso, pero había una cosa que no le gustaba: ¡comer comidas saludables! Siempre prefería las golosinas, las papas fritas y los refrescos. Su mamá, preocupada, le decía:

"Tomás, tenés que comer verduras y frutas. Son muy importantes para tu salud."

Pero él respondía sin dudar:

"¡No, mamá! ¡Las verduras son aburridas! Yo quiero golosinas!"

Un día, mientras jugaba en el jardín, Tomás encontró un misterioso arco iris. Curioso, decidió seguirlo. Al llegar al final, se encontró con un mágico bosque lleno de criaturas sorprendentes.

De repente, una pequeña hada apareció volando. Tenía alas delgadas y brillantes como el oro.

"Hola, Tomás. Soy Frutita, el hada de la comida saludable. ¿Por qué no comes cosas ricas y nutritivas?"

Tomás, sorprendido, respondió:

"No me gustan las verduras. Prefiero las golosinas."

Frutita sonrió y movió su varita. En un abrir y cerrar de ojos, un enorme plató de frutas y verduras empezó a flotar frente a él.

"¿Te gustaría probar un poco de mi magia?"

Intrigado, Tomás asintió. Frutita agitó su varita y, de repente, las verduras comenzaron a bailar y a cantar:

"¡Comemos de todo, para crecer fuertes! Las frutas y verduras son grandes tesoros."

Tomás se reía mientras las verduras hacían piruetas. Un brócoli vestido de superhéroe gritó:

"¡Soy el Brócoli Poderoso! ¡Te daré energía para jugar todo el día!"

Y una zanahoria se acercó a él y dijo:

"¡Soy la Zanahoria Brillante! Comerme te ayudará a ver mejor."

Tomás, emocionado, decidió probar un poco de zanahoria. Cuando la mordió, ¡sintió una energía increíble!"¡Wow! ¡Esto es delicioso!" exclamó él.

Frutita, viendo su alegría, continuó:

"Cada bocado que comes te da fuerza y te ayuda a ser más feliz. ¡Mirá a tu alrededor!"

De repente, Tomás vio a niños en el bosque jugando, todos comiendo frutas y verduras. Se dieron cuenta de que su energía era contagiosa.

"¡Vení, Tomás! ¡Unite a nosotros! Los que comen saludable son los que más se divierten."

Tomás, entusiasmado, se unió a ellos y comió de todos los colores. ¡Era como si hubiera descubierto un nuevo mundo delicioso y energético!

Finalmente, Frutita le dijo:

"Recuerda, Tomás, la comida saludable es un regalo. Cuida de tu cuerpo y juega con energía."

Cuando volvía a casa, Tomás no podía esperar para contarle a su mamá.

"¡Mamá, ahora me encanta comer verduras! ¡Son mágicas!"

Su mamá sonrió, feliz de ver cómo su hijo había aprendido la importancia de alimentarse bien. Desde ese día, Tomás siempre disfrutó de las comidas saludables, y en su corazón, sabía que había un mágico poder en frutas y verduras.

Y así, en el pequeño pueblo, Tomás se convirtió en el niño más fuerte, feliz y saludable de todos.

Fin.

FIN.

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