El mágico regalo de la Navidad
Había una vez en un mundo mágico donde los regalos de Navidad eran repartidos por Santa Claus a todos los niños del mundo.
Santa y sus ayudantes se preparaban para la gran noche de la víspera de Navidad, cuando debían entregar todos los regalos. En la casa de María, Mateo y José, la Navidad siempre había sido especial. Los tres hermanos se preparaban para la cena de Nochebuena con gran emoción.
- “¡Qué deliciosa cena tenemos preparada para hoy! ”, exclamó José mientras colocaba las velas en la mesa. - “Sí, y después de la cena, podremos abrir nuestros regalos”, agregó María con entusiasmo. Mientras tanto, en el Polo Norte, Santa estaba revisando por última vez su lista de regalos.
De repente, se sorprendió al descubrir que uno de los regalos más importantes se había extraviado. Desesperado, Santa decidió emprender un viaje por el mundo para encontrarlo.
Durante su travesía, Santa conoció a diferentes culturas y tradiciones, y se dio cuenta de lo importante que era llevar alegría a cada rincón del planeta. Finalmente, Santa encontró el regalo perdido y regresó al Polo Norte lleno de gratitud y felicidad.
Mientras tanto, en la casa de María, Mateo y José, los hermanos compartían risas, juegos y cánticos navideños. De repente, escucharon un ruido en la chimenea y, para su asombro, vieron a Santa con su trineo y sus renos.
- “¡Feliz Navidad! ¡He venido a entregarles algo muy especial! ”, exclamó Santa con una sonrisa. Los tres hermanos no podían creer lo que veían. Santa les entregó el regalo, que resultó ser una caja mágica llena de sueños y esperanzas.
- “Este regalo es para que sigan compartiendo alegría y amor entre ustedes y con todos los que los rodean”, dijo Santa.
Desde ese día, María, Mateo y José aprendieron el verdadero significado de la Navidad: la importancia de compartir, de amar y de apreciar los momentos especiales en compañía de sus seres queridos. Y así, cada año, recordaban con cariño el mágico regalo que les había brindado Santa aquella Nochebuena.
FIN.