El mágico viaje de los medicamentos




Había una vez en una ciudad muy lejana, un niño llamado Tomás que siempre estaba enfermo. Su mamá, preocupada por su salud, lo llevaba al médico quien le recetaba medicamentos para que se sintiera mejor.

Un día, cansado de tomar pastillas, Tomás decidió investigar qué hacían esos medicamentos en su cuerpo. Así que, con la ayuda de su amiga Luna, una píldora mágica que había cobrado vida, emprendieron un viaje por el interior del cuerpo de Tomás.

"¡Luna, tenemos que descubrir qué hacen estas pastillas dentro de mí!" -exclamó Tomás emocionado. Luna, pequeña y valiente, lo animó a adentrarse en este misterioso mundo.

Viajaron por el torrente sanguíneo, mientras las pastillas se deshacían y sus componentes se distribuían por el cuerpo de Tomás. Conocieron al valiente Glóbulo Rojo, que transportaba el oxígeno por el cuerpo; al simpático Hígado, encargado de filtrar las sustancias tóxicas; y al travieso Estómago, responsable de deshacer las pastillas que Tomás había tomado.

Juntos, entendieron cómo las medicinas trabajaban para combatir las enfermedades y ayudaban a su cuerpo a sanar. Finalmente, Tomás comprendió la importancia de seguir las indicaciones del médico y no automedicarse.

A partir de ese día, Tomás cuidó su salud y respetó los medicamentos que tomaba. La valiente Luna y Tomás se convirtieron en amigos inseparables, cada vez que Tomás necesitaba tomar medicamentos, recordaba el maravilloso viaje que habían emprendido y agradecía a sus pequeños amigos por estar allí para cuidarlo.

Desde entonces, Tomás estuvo más sano que nunca, y su mamá y el médico se alegraron de verlo crecer feliz y saludable.

FIN.

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