El Mago de la Filosofía



**Introducción**

Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Ideasville, un grupo de estudiantes muy curiosos. Entre ellos, se encontraba Sofía, una niña de diez años con un gran amor por los libros y preguntas sin respuestas. A Sofía le fascinaban las aventuras y siempre buscaba nuevos conocimientos como quien busca tesoros escondidos. Sin embargo, a veces sentía que no lograba entender el mundo que la rodeaba.

Un día, mientras exploraba la biblioteca de su escuela, encontró un viejo libro polvoriento titulado *"La Filosofía y sus Magias"*. Intrigada, decidió llevárselo a casa y, al abrirlo, fue transportada a un mundo maravilloso donde la filosofía cobraba vida.

**Desarrollo**

Sofía se encontró en un bosque lleno de árboles que hablaban, ríos que fluían con preguntas y flores que susurraban respuestas. De repente, apareció un personaje curioso: un mago llamado Filó, con una larga barba blanca y ojos chispeantes.

"¡Hola, Sofía! Bienvenida al Bosque de las Ideas. Soy el Mago de la Filosofía y mi misión es ayudarte a descubrir lo que realmente significa pensar y cuestionar el mundo."

"¿Filosofía? ¿Es eso una magia?" inquirió Sofía, sorprendida.

"¡Exactamente! La filosofía es la magia de la mente. Nos enseña a pensar, a dudar, a preguntar y a buscar respuestas. Acompáñame y te mostraré su poder."

Sofía siguió al mago a través del bosque, donde se encontró con otros estudiantes que, al igual que ella, habían llegado allí buscando respuestas. Había uno llamado Luis, que siempre tenía dudas sobre lo que estaba bien y lo que estaba mal, y otra llamada Clara, que quería entender por qué la gente a veces no se ponía de acuerdo.

"¡Hola, chicos! ¿Qué les preocupa?" preguntó Filó.

"A veces no entiendo si mis decisiones son correctas o no," confesó Luis.

"Y yo no sé por qué a veces la gente discute sin llegar a un acuerdo" añadió Clara.

El mago sonrió, "Eso es un buen comienzo. La filosofía nos ayuda a clarificar nuestras ideas. Vamos a practicar el arte de preguntar. Por cada duda, debemos formular una pregunta. La clave es no tener miedo de hacerlas. ¿Qué tal si comenzamos con sus incógnitas?"

**Nudo**

Juntos, se sentaron alrededor de un gran árbol que, para sorpresa de todos, comenzó a contar historias de antiguas civilizaciones y sus sabios. Les enseñó sobre Sócrates y su famoso lema: "Sólo sé que no sé nada." Sofía, intrigada, exclamó:

"Pero, ¡¿acaso eso no es un poco confuso? !"

"No, querida, es liberador. Reconocer que hay más cosas por aprender es el primer paso para ser sabio," respondió el árbol.

Mientras exploraban más del bosque, se toparon con una niebla oscura que bloqueaba el camino. Ante la incertidumbre, el grupo se sintió inseguro.

"¿Qué hacemos ahora?" preguntó Luis nervioso.

Filó alzó su varita y dijo:

"No teman. Usaremos nuestras preguntas. ¿Qué hay detrás de esta niebla?"

"Quizás una respuesta a nuestras dudas," sugirió Clara.

Motivados por su curiosidad, empezaron a gritar preguntas al aire:

"¿Cómo podemos vivir en armonía?"

"¿Qué es la justicia?"

"¿Qué significa ser feliz?"

La niebla comenzó a disiparse lentamente a medida que sus voces se levantaban. A lo lejos, vieron un resplandor.

**Desenlace**

Cuando la niebla finalmente se desvaneció, descubrieron un hermoso lago que reflejaba el cielo, lleno de respuestas escritas en las piedras en su orilla.

"Miren, ahí están sus respuestas!" exclamó Filó.

Cada uno se acercó a las piedras y comenzando a leer. Sofía comprendió que la vida estaba llena de interrogantes, pero que cada pregunta que se hacía le brindaba un poco más de luz sobre el mundo.

"La filosofía nos enseña que no hay respuestas simples, pero sí desde dónde preguntar y cómo entender lo que nos rodea," dijo Sofía con una sonrisa.

Los estudiantes se despidieron del mago, agradeciendo por la enseñanza. Regresaron a su pueblo sabiendo que cada vez que tuvieran una duda, podrían usar la filosofía como una brújula.

La aventura en el bosque había cambiado su visión del mundo, y, a partir de ese día, en Ideasville nadie dejó de preguntarse y reflexionar. Sofía siguió leyendo libros sobre filosofía, junto a sus amigos, y descubrieron que pensar y cuestionar era el verdadero camino hacia el conocimiento.

Y así, Sofía y sus amigos retornaron al mundo real, con un nuevo entusiasmo por el aprendizaje, llenos de preguntas y la certeza de que, como diría Filó, en la filosofía reside la magia.

**Fin**

FIN.

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