El Mamut Chiquitito y su Gran Sueño de Volar



En una pequeña y mágica isla vivía un mamut chiquitito llamado Mateo. A diferencia de los otros mamuts, a Mateo no le gustaba pasear por la tundra o buscar comida. Lo que de verdad anhelaba era volar como los pájaros.

Todos los días, observaba con envidia cómo las aves surcaban el cielo con gracia y libertad. "Quiero volar como ellos", suspiraba Mateo con tristeza. Un día, mientras Mateo observaba a las aves, conoció a Leonor, una simpática lechuza.

Leonor notó la tristeza de Mateo y decidió ayudarlo. "¿Por qué no intentas construir tus propias alas?", le sugirió la lechuza. Emocionado, Mateo se puso manos a la obra. Recolectó ramas livianas, hojas grandes y las ató con lianas robustas.

"¡Mis propias alas!", exclamó Mateo con alegría. Luego, desde lo alto de una colina, Mateo se lanzó al vacío batiendo sus alas con todas sus fuerzas.

Para su sorpresa, ¡empezó a elevarse poco a poco! Sin embargo, a mitad de camino, las alas improvisadas se rompieron y Mateo cayó al suelo. A pesar de la caída, Mateo no se dio por vencido. Decidido, buscó a Simón, un águila sabia y experimentada. "Quiero volar como tú", le dijo Mateo con determinación.

Simón asintió y empezó a enseñarle a Mateo los secretos del vuelo. Le mostró cómo usar las corrientes de aire y a mantener el equilibrio en el aire. Después de meses de práctica y paciencia, Mateo finalmente consiguió elevarse por los aires.

Voló sobre valles y montañas, sintiéndose libre y radiante. Al aterrizar, todos los animales de la isla lo recibieron con alegría y admiración.

Mateo les había demostrado que con esfuerzo y perseverancia, ¡se pueden alcanzar los sueños más increíbles! Desde entonces, Mateo se convirtió en una leyenda para todos los animales, inspirándolos a perseguir sus propios sueños con valentía y determinación.

FIN.

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