El mandilito mágico
Había una vez una niña llamada Yuliana, que todos los días iba a la escuela con su mandilito blanco. Este mandilito era muy especial para ella, ya que le daba seguridad y la hacía sentir acompañada.
Un día, al despertar y prepararse para ir a clases, Yuliana se dio cuenta de que había olvidado lavar su amado mandilito.
Lo miró con tristeza y pensó: "No puedo ir a la escuela con mi mandilito sucio, ¡me sentiré avergonzada!"Yuliana decidió contarle a su mamá lo que había pasado. Cuando mamá vio el rostro triste de Yuliana, supo inmediatamente cómo ayudarla. "Mamá", dijo Yuliana con voz temblorosa, "olvidé lavar mi mandilito y no quiero ir a clases así".
Mamá sonrió dulcemente y respondió: "No te preocupes, cariño. Haré algo mágico para ti". Yuliana observó curiosa mientras mamá salía al jardín con su mandilito en mano.
Mamá extendió el mantelito en el pasto y comenzó a murmurar unas palabras misteriosas. De repente, ocurrió algo asombroso: el sol brillaba más fuerte que nunca y un viento cálido soplaba entre los árboles del jardín de Yuliana. En cuestión de minutos, el mandilito estaba completamente seco.
"¡Wow! ¡Mamá eres increíble!", exclamó Yuliana emocionada. Con su amado mandilito limpio nuevamente en sus manos, Yuliana se sintió llena de valor y determinación. Decidió que nada la detendría ese día para ir a clases.
Corrió hacia la puerta de su casa con su mandilito blanco alrededor del cuello y saludó a mamá con alegría: "¡Gracias por hacer magia, mamá! Ahora puedo ir a la escuela sin preocupaciones". Y así, Yuliana emprendió su camino hacia la escuela.
En el camino, se encontró con sus amigos Martín y Lucía. "¡Hola Yuliana! ¿Por qué llevas tu mandilito en el cuello? Nunca lo habías hecho antes", preguntó Martín curioso.
Yuliana les contó sobre cómo había olvidado lavar su mandilito y cómo su mamá había hecho magia para secarlo rápidamente. "Qué increíble historia, Yuliana", dijo Lucía impresionada. "Tu mamá es realmente especial". Con una sonrisa en el rostro, Yuliana respondió: "Sí, mi mamá es mágica. Pero también aprendí algo importante hoy.
No importa si cometemos un error o si algo no sale como esperamos. Siempre hay una solución y podemos encontrar una manera de seguir adelante". Martín y Lucía asintieron emocionados mientras continuaban caminando juntos hacia la escuela.
A lo largo del día escolar, Yuliana compartió su historia con sus compañeros de clase. Todos quedaron fascinados por la magia de su madre y también aprendieron una valiosa lección: nunca rendirse ante los obstáculos y siempre buscar soluciones creativas.
Desde ese día en adelante, cada vez que alguien en la escuela tenía un problema, Yuliana recordaba cómo su mamá hizo magia para secar su mandilito y les animaba a encontrar una solución juntos.
Y así, la historia de Yuliana y su mandilito se convirtió en una inspiración para todos los niños de la escuela. Aprendieron que no importa qué tan pequeño o insignificante parezca un problema, siempre hay una manera de superarlo y seguir adelante.
Yuliana siguió llevando su mandilito blanco a la escuela todos los días, pero ahora lo hacía con más confianza y determinación que nunca.
FIN.